Enfermería urge «más manos» ante las nuevas tareas y la falta de personal

Con las bolsas de nuevo a cero, un alto porcentaje del personal de baja y un 30% de la plantilla de vacaciones, Enfermería se ve al límite para atender toda la carga de trabajo que recae sobre sus espaldas este verano. La quinta ola descarga su peso asistencial sobre todo en Atención Primaria, que se responsabiliza del seguimiento y rastreo de los casos, continúa con la vacunación contra el virus, las pruebas PCR y los test de antígenos, además de las consultas por el resto de enfermedades y el aumento de las citas presenciales en los pueblos, que ganan población en los meses estivales.

Por eso la directora de Enfermería de Primaria, Ana Rivero, realiza un llamamiento a todos aquellos profesionales que puedan sumar manos. «La situación está complicada», admite, y a pesar de tener carta blanca para contratar el problema es la escasez de enfermeras. De ahí que junto a las 60 sustitutas que ya ha logrado integrar para suplir las vacaciones de las 250 profesionales de la plantilla en León, Rivero esté tentando a enfermeras de las residencias que quieran doblar.

«Estamos intentando ajustar los servicios como podemos, pero que las bolsas estén a cero no ayuda», señala. En el Hospital tampoco están boyantes en número de enfermeras, pero de momento la Junta no aprecia que la carga asistencial requiera efectuar más contrataciones.

Lo que sí pide el sector es un plan de recursos humanos que evite los aprietos de falta de personal que se llevan produciendo en ciclos durante el último año y medio especialmente. Sobre todo, porque un 30% de las 1.600 trabajadoras de la plantilla global de la provincia están al filo de la jubilación. El objetivo es frenar la debacle que se avecina en León por la falta de profesionales.

El sindicato Satse reconoce que faltan más de un millar de enfermeras para manejar una ratio adecuada de pacientes sin la sobrecarga actual, pero aprecia que sobre todo el gran problema es la denominada falta de recambio para reemplazar a las sanitarias que se retiren. De hecho, antes de cinco años, León perderá más de 400 enfermeras que hoy alcanzan los 60 años, una salida que se vislumbra con el temor de no encontrar sustitutas, porque el grueso de las profesionales que se forman en la provincia acaban marchándose fuera tentadas por unas mejores condiciones laborales tanto de duración de los contratos como de remuneración. Satse calcula que el 80% de las 150 enfermeras que se gradúan cada año se va a trabajar fuera de León. Un capital humano bien formado que consideran que se está desaprovechando.

«No se ha sabido fidelizar a esas nuevas profesionales», lamenta el sindicato, que lleva años reivindicando que los contratos para la nueva savia de la profesión se firmen por al menos un año «y no por meses, lo que ha alentado a nuestras enfermeras a buscar una mejor oferta en otras comunidades que les dan más estabilidad y hasta residencia». El colectivo cree que ha cumplido «con creces» sus tareas en un momento complicadísimo «de pandemia, falta de personal y descanso» y ve justa la subida retributiva que firmaron el pasado febrero con Sacyl para que estas profesionales dejen de ser «las peor pagadas de España». Fuera de ese acuerdo quedan las enfermeras de Servicios Sociales, Educación y Prisiones.