El tarifazo golpea a la hostelería leonesa con subidas del 40% en la factura de la luz
El precio de la electricidad sacude a los negocios con incrementos de entre 300 y 400 euros en los consumos de julio
Después de año y medio de sobresaltos económicos continuos en la cuenta de resultados, la hostelería leonesa empieza a sumar otro descuento en los márgenes de los negocios: la tarifa eléctrica eleva las facturas del consumo energético entre trescientos y cuatrocientos euros de media en los establecimientos del sector, uno de los más relevantes a la hora de mantener la actividad y el empleo en la cada vez más maltrecha economía leonesa, desmembrada de industria y sin recursos de transformación que aportan los nuevos nichos vinculados al I+D o a las nuevas tecnologías.
Lo que cubre la hostelería en la provincia leonesa abarca una parte inmensa del sector servicios, que es un treinta por ciento del Producto Interior Bruto del territorio. Por eso, la factura de la luz con el precio de la energía eléctrica fuera de órbita tiene más repercusión en León que en otros territorios menos dependientes de esta franja de actividad.
El llamado tarifazo eléctrico repercute ya de forma directa en los costes de la hostelería leonesa, que afronta el gesto del consumo del mes del julio, con una factura disparada; incrementos que no tienen precedentes en las últimas décadas y una carga difícil de soportar. El efecto no es menor, ni por su cuantía ni por su amplitud, con la que afecta a casi cinco mil establecimientos hosteleros que están asentados y tienen actividad en la provincia leonesa.
Otro golpe
La factura eléctrica se ha convertido ya en el mayor desfase de costes del sector hostelero
En este tobogán de gastos, que sacude al sector ya debilitado tras una cadena de cierres obligados y preventivos y todo tipo de corsés en el sistema de atención y recepción de clientes motivado por la lucha contra la pandemia, no es necesario abundar en las características del servicio que presta la hostelería, dependiente hasta el extremo del suministro eléctrico para cualquiera de los manejos que desempeña.
El mero gesto de subir la trapa implica ya consumo eléctrico. El resto, es una cadena que hace funcionar al establecimiento en función de la demanda y el gasto energético: los sistemas de refrigeración, la maquinaria para elaborar cafés, el aislamiento de los productos alimenticios, los fogones, la luz artificial que ambienta cada estancia, suman en ese relato cotidiano que envuelve a bares, cafeterías o restaurantes.
El PIB de León
La hostelería en León sustenta casi cinco mil negocios y es clave para el mercado laboral
El mes de julio ya acumula un resultado fatal para estos locales hosteleros, sin excepción, que resulta llamativo a medida que el se aplica la comparativa con el volumen de consumo; las facturas se han incrementado al albur del coste de la luz entre un treinta y un cuarenta por ciento con respecto a lo que los establecimientos pagaban hasta antes del tarifazo. Cualquier local que hasta ahora podía satisfacer el consumo eléctrico con un coste de entre ochocientos y mil euros cada mensualidad, desde julio tiene que afrontar una factura de entre trescientos y cuatrocientos euros más.
El incremento se llega a presumir inasumible para una parte relevante del sector leonés, sacudido de forma despiadada por la crisis derivada de los cierres en confinamiento y pandemia, con desgaste laboral y pérdida de efectivo en un soporte de empleo que al menos resfriado hace temblar el registro de desempleo en la provincia leonesa. Y en vísperas de acabe este placebo transitorio del verano.
Default cat
Editorial | La factura eléctrica asesta otro golpe a un sector hostelero muy castigado
Redacción