«A ver quién se atreve a encender ahora el aire acondicionado»
Lo cuentan los propios gestores de los negocios hosteleros, mientras ofrecen la factura de la luz que les ha girado la distribuidora eléctrica por el consumo del último mes como testigo de cargo de este envite de la tarifa: «Y esto, sin encender el aire acondicionado; porque, a ver quién se atreve a encender el aire acondicionado; eso, es un artículo de lujo; hay que ser un valiente para atreverse a encender el aire en esta situación», relata la gestora de un establecimiento hostelero que ha comenzado a sufrir este fenómeno del precio de la electricidad por las nubes; a la vez, repara en cada aparato que tiene conectado a la red sin los que el negocio no funciona. Las cámaras de frío, las cafetera, la cocina, el extractor, la televisión... «Hay que tener en cuenta que el horario de apertura y atención al cliente de la hostelería no tiene ni siquiera la oportunidad de refugiarse en esos horarios de coste reducido, que ofrecen para que en los hogares se acometan los consumos más elevados de madrugada», ironiza sobre esa paradoja al que somete el tarifazo a los industriales.
Techos rotos
La electricidad marcó el martes el segundo precio más alto, con 106,27 euros por megavatio/hora
La factura eléctrica que acaba de unirse a la lista de plagas económicas que sacuden desde hace año y medio la caja de los hosteleros leoneses amenaza con cronificar el agujero de los costes; porque, en contra de los pronósticos sobre los precios contenidos, las subidas del precio de la energía eléctrica no se contienen. Esta misma semana, la luz marcó un registro récord de precios, con 106 euros por megavatio hora, asentada en los máximos históricos y con crecimientos porcentuales de hasta tres puntos con respecto a la última referencia. En el mes de julio, se registró otro hito levemente superior, treinta décimos más caro, que en la referencia del mercado del día 4 de agosto.
De mal en peor
La situación amenaza con empeorar, por la dependencia energética de este tipo de negocios
Con este panorama por delante, resulta lógica la prudencia en la hostelería a la hora de sujetar el consumo. En la planificación de los negocios hosteleros no estaba previsto este vaivén eléctrico que se va a llevar por delante tanto o más de lo que arrastró ese vendaval de la pandemia. «Como para encender el aire, acondicionado está el asunto».