Liberalización de autopistas
León vuelve a ver de lejos la próxima apertura de 650 kilómetros de peaje
El 1 de septiembre se liberan tramos en la AP-2 de Zaragoza y en la AP-7, hasta la frontera
A León tampoco le va a tocar ningún premio ni aproximaciones en el próximo reparto de liberalización de autopistas de peaje que se cierne sobre la red de pago de alta capacidad. Otra vez al margen; y eso que la bonificación o cualquier otra forma de intervención contra el cobro en las autopistas es uno de los mensajes políticos recurrentes en materia de movilidad.
La próxima apertura de viales se localiza en dos de las zonas más desarrolladas económica y socialmente en el país; en el corredor del Ebro y en la autopista de la fachada mediterránea, que ya ha experimentado en algunos tramos esta liberalización de corsés. Casi 650 kilómetros cambiarán de estatus este mismo verano; en menos de un mes. La próxima entrega de apertura de barreras ante las cabinas de pago le pilla a León en la misma situación que las anteriores: la AP-71 y la AP-66 miran de lejos este fenómeno que desde hace tres años ha contribuido a cambiar el panorama de la red, y convertir en gratuitos viales por los que antes se pagaba; de la lista, se eliminaron desde 2018, entre Burgos y Armiñón; y la AP-4, que enlaza las ciudades de Sevilla y Cádiz, y la AP-7 en el tramo que discurre entre Alicante y Tarragona. Abertis, gestora de la León-Astorga, perdió la gestión de las dos últimas autopistas liberadas. Así se cambiaron de relación con los usuarios más de 460 kilómetros; dos terceras partes localizadas por la autopista que cohesiona la costa mediterránea y un centenar en la andaluza. No sólo la AP-9 gallega alimenta la llama del agravio en la gestión del Gobierno de España con los peajes de León; en menos de un mes se van a liquidar los lineas de cobro de la AP-7, otro exponente de la España del desarrollo, entre Tarragona y la Junquera, en la frontera con Francia, en Gerona; el tramo de la AP-2 entre Zaragoza y el Vendrell (Tarragona); la C-32 (Barcelona-Lloret) y C-33 (Barcelona-Montmeló), que desde ese momento pasarán a formar entre el tramado de carreteras competencia de la Generalitat de Cataluña. En este envite que se sucede porque expira la concesión de la autopista, va otra entrega de las que gestionaba Abertis, concesionaria de la León-Astorga, que con la rebaja de competencia tendrá ocasión de escalar y ganar posiciones en el rango de las más caras por kilómetro; un distintivo que comparte con la Asturleonesa. Las dos autopistas de peaje de León suman casi un tercio de la longitud de vías de gran capacidad que tiene este territorio leonés.
Dos Españas
La nueva entrega de liberalización de peajes se localiza en ejes referencia del desarrollo económico
Fin de ciclo
El cambio de estatus llega esta vez porque expiran los plazos de concesión de los viales
El modelo de pago por uso de las autovías se interpuso en el debate de las vías de pago hace medio año; pero se diluyó al decidir el Gobierno mantenerse firme con la estrategia de liberalizar peajes; esta secuencia, tiene precedentes en algunos hitos de intervención, como en el caso de aquel rescate de las autopistas radiales que resultaban deficitarias y fueron salvadas de la quiebra. Aquella vez, el turno también pasó de León de largo. Hace 20 años que el pago en las autopistas leonesas forma parte del elenco de reclamo de voto; siempre, son propuestas que nunca llegaron a cuajar. Incluidas las reclamaciones por la liberalización de la AP-71, con el argumento de que asfixiaba el planteamiento de base de desarrollo de la provincia a través del corredor que más actividad recoge entre León-Astorga y Ponferrada. Aún así, se alentó el peaje.