La odisea de sacar el carnet en agosto
La bolsa de espera satura a los profesionales de tráfico
La falta de inversión por parte de la Dirección General de Tráfico y la consiguiente carencia de plazas impide a los examinadores y profesores de autoescuela cubrir un servicio que concuerde con la demanda ciudadana
Los examinadores de tráfico acusan la falta de compañeros que supervisen la prueba práctica. La bolsa de espera vive su peor momento desde 2017, cuando comenzó a agravarse la situación, con 3.024 personas inscritas entre León y Ponferrada.
Fernando Blanco es presidente de la asociación de autoescuelas de León y ejerce como profesor de la misma actividad. Su reclamación a la Dirección General de Tráfico consiste en el aumento del número de examinantes. Actualmente, la ciudad cuenta con seis personas que realizan esa tarea, cuatro de plaza fija y dos interinos, además de un coordinador.
«Las cifras actuales nos dicen que la cola de espera es de 2.198 personas en la ciudad», asegura Blanco, de las cuales —añade— «1.912 quieren obtener el permiso de la clase B, 147 solicitan el de motocicleta y 69 el carnet de vehículos pesados». El resto de solicitantes pertenecen a Ponferrada, con 826, lo que suma la cifra de 3.024. El último dato demuestra que los profesionales coexisten actualmente con la peor etapa desde 2017, el récord anterior rondó las 2.900 personas.
Reivindicación
«Demandamos tener los examinadores suficientes para poder ofrecer un buen servicio»
Para cubrir esta cantidad de peticiones, Blanco aclara que sólo disponían de cuatro examinadores en febrero y que en ese momento la incertidumbre era tal que no sabían cómo iba a transcurrir esta etapa del año. La administración de tráfico sumó dos interinos, con un contrato temporal de seis meses, al equipo de examinadores, el último se incorporó recientemente. «Necesitábamos esta ayuda, por lo que es bien recibida, pero advertimos que es insuficiente», ya que como recalca el profesor «a pesar de la ayuda, nunca habíamos soportado tal cantidad de demandas».
La situación actual del mes de agosto, como es costumbre de la época estival, vive un aumento de las solicitudes para presentarse al examen práctico, ya que como dice Blanco «ahora estamos más desahogados gracias a la llegada de los interinos, a pesar de que seguimos siendo insuficientes». Esto se suma a las tres jubilaciones desde el año pasado.
Crítica
«La administración sólo actúa en situaciones límite, se nota una carencia en la inversión»
En relación con el examen teórico, el presidente de la asociación considera que «la situación es buena, ya que las pruebas se llevan a cabo durante el año, de martes a viernes cada semana, en algunas raras excepciones si que puede variar, pero en principio no tenemos ningún problema ya que se cumple bien con las peticiones». Además, celebra que como es costumbre para esta primera prueba «se han absorbido sin ningún problema las demandas de este verano».
Con respecto a la Dirección General de Tráfico, el máximo responsable de la asociación comenta que «les hemos enviado nuestras propuestas siempre que ha sido posible, de hecho, nos reunimos con ellos personalmente en 2019». La propuesta que les hicieron fue llegar al anterior número de examinadores de la ciudad, ocho, y un coordinador. Esta se mantiene como la demanda del sector hoy en día. «Ante nuestras peticiones apenas se han movido», critica Blanco.
El principal obstáculo parece ser la escasa financiación. «La administración no ha invertido porque nos comparó con las zonas que estaban peor», citó el profesor. Al lado de estas zonas, León parece aventajada, pero las vacaciones y la cantidad de clientes hacen necesaria la ayuda institucional. «León también dispuso en su momento de dos examinadores para realizar el servicio, sin contar con los que estaban disfrutando de vacaciones, pero no me parece necesario llegar a esa situación límite», finalizó Blanco.
A las reclamaciones principales de sacar más plazas e invertir un mayor capital se suma la crítica por parte de colegas del sector, ajenos a Blanco, que denuncian el sistema actual, por el que en cada ciclo de examinación el número de personas que pueden presentarse varía según criterios estadísticos ajenos a ellos.