El segundo verano de la pandemia cierra 64 hoteles y fulmina 240 empleos

El comportamiento del sector hotelero durante el segundo verano de la pandemia sigue siendo preocupante en León, a pesar de que el turismo costero del país ha recuperado el peso que tenía antes de la irrupción de la crisis provocada por el covid. De los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística se desprende que la provincia leonesa perdió 240 puestos de trabajo desde 2019, cuando 1.148 personas estaban contratadas en alguno de los 300 hoteles que había abiertos entonces. Hoy, hay 902 empleados en 236 hoteles que han mantenido su apertura. Entre un año y otro, es decir, en 2020, el verano fue un salto al vacío para el sector. El número de trabajadores se había reducido prácticamente a la mitad (577) y los hoteles que pudieron permanecer abiertos era de 221, según la misma fuente. Partiendo de esa realidad tan desafortunada, los viajeros y las pernoctaciones crecieron en la provincia un 89% y un 82%, respectivamente, este mes de julio respecto al anterior.

El efecto del descenso turístico en hoteles —otra cosa son los establecimientos extrahoteleros, cuyos datos de ocupación verán la luz la próxima semana— se refleja también en el número de habitaciones abiertas. Este verano había exactamente mil habitaciones menos disponibles que hace dos años, antes de que la pandemia fulminara parte del sector. Del mismo modo, esa cifra se convierte en 1.700 plazas de hotel menos también que en 2009. Con todo, y teniendo sobre todo en cuenta esta disminución de capacidad, el grado de ocupación se ha mantenido inalterable en los hoteles. Antes de la pandemia era del 39,4% y en el pasado mes de julio se sostenía casi en el mismo porcentaje: 39,3%.

La lectura no puede ser otra que el sector se va recuperando si se tienen en cuenta los datos del año 2020, cuando se habían cerrado 79 hoteles y la ocupación era del 26%, unas cifras totalmente inviables para el mantenimiento de este tipo de negocios a largo plazo.

Respecto a los viajeros y el tiempo que se quedan en los hoteles de León, una de cal y otra de arena. Mientras las pernoctaciones se han alargado levemente —hoy en día los turistas se quedan en León 1,7 días frente a los 1,5 días del pasado año—, el registro de clientes se ha desplomado se mire por donde se mire. Si la comparación se hace respecto a 2020, los datos son mejor que buenos puesto que en julio de este año entraron en estos establecimientos 65.872 personas frente a las 34.742 del año anterior, casi el doble. Sin embargo, si la comparación se hace con el año antes de que empezara la pandemia la caída ha sido estrepitosa al no alcanzar ni por asomo los 84.597 clientes.

Otra órbita toman los datos registrados en el territorio nacional. Las pernoctaciones en establecimientos hoteleros subieron un 7,6% en los siete primeros meses del año respecto al mismo periodo de 2020 en ese mismo contexto marcado por el impacto de la pandemia del coronavirus sobre el sector turístico.

Sólo en el mes de julio las pernoctaciones en los hoteles españoles superaron los 26,3 millones, lo que supone multiplicar por más de dos (125%) las realizadas en el mismo mes de 2020, según la mencionada estadística del INE.

Atendiendo a la procedencia, las pernoctaciones de los viajeros residentes en España, que representan un 56,6% del total, aumentaron un 97,4% en tasa anual, mientras que las de los no residentes subieron un 175%.

Si se compara el dato de julio de este año con el mismo mes de 2019, sin pandemia, las pernoctaciones en establecimientos hoteleros muestran un descenso del 38,9%.

Sin embargo, las pernoctaciones de los viajeros residentes en España aumentaron un 0,4% y superan los niveles de antes de la pandemia, mientras que las pernoctaciones de los no residentes bajaron un 59,5%, avanzó Europa Press. Por otro lado, la estancia media aumentó un 15,8% respecto a julio de 2020, situándose en 3,1 pernoctaciones por viajero.

Así, el INE señala que el Indice de Precios Hoteleros (IPH) se situó en el 8,8% en julio, lo que supone 16,4 puntos por encima de la registrada en el mismo mes de 2020, y 0,3 puntos más que la registrada el mes pasado.

Durante julio estuvieron abiertos en España 14.462 establecimientos hoteleros, un 17,3% más que en el mismo mes de 2020, lo que representa un 74,3% del total del directorio de establecimientos en este mes.

Baleares, Andalucía y Cataluña fueron los destinos principales del total de viajeros en España en julio, con tasas anuales de variación en el número de pernoctaciones del 230,1%, 107,9% y 120,5%, respectivamente.

Los destinos principales de los viajeros residentes en España fueron Andalucía, Cataluña y Comunitat Valenciana, que presentaron unas tasas anuales de variación de las pernoctaciones del 101,0%, 101,9% y 132,7%, respectivamente.

Por su parte, el principal destino elegido por los no residentes fue Baleares, con un 42,5% del total de pernoctaciones. En esta comunidad, las pernoctaciones de extranjeros subieron un 242,3% respecto a julio de 2020. Los siguientes destinos de los no residentes fueron Cataluña y Canarias. Baleares presentó el mayor grado de ocupación por plazas durante julio (61,7%). Le sigue Cantabria, con el 61,5%.

En julio se cubrieron el 52,6% de las plazas ofertadas, con un aumento anual del 47,5%. El grado de ocupación por plazas en fin de semana subió un 41% y se situó en el 57,2%.

Por zonas turísticas, la Costa de La Luz de Cádiz alcanzó el mayor grado de ocupación por plazas (71,0%), mientras que la Costa de Valencia alcanzó la mayor ocupación en fin de semana (77,3%). La Isla de Mallorca registró el mayor número de pernoctaciones en julio, con 4.195.786.

Los puntos turísticos con más pernoctaciones fueron Barcelona, Palma de Mallorca y Calvià. Ribadesella presentó el mayor grado de ocupación por plazas (87,9%) y Begur el mayor grado de ocupación en fin de semana (88,8%).

Los viajeros procedentes de Alemania y Francia concentraron el 23,3% y el 14%, respectivamente, del total de pernoctaciones de no residentes en establecimientos hoteleros en julio. El mercado alemán presenta una tasa de variación anual del 158,1% y el francés del 156,3%.