Las seis autovías para anudar el noroeste
La León-Braganza va más allá del boceto. «A Braganza llega la autopista A4 (E80) desde Oporto, y es Bragança, desde donde partiría el enlace en línea recta con el centro geográfico y neurálgico del Noroeste que, nadie pondrá en duda, es León, con diversos puntos nodales en su recorrido. (A-52, A-6, A-66, A-231) además de las plataformas, polígonos o Cylog en dicho recorrido». La introducción forma parte del relato con el que la asociación pro autovía suele acompañar la exposición de motivos que arrastra el vial.
La Junta Directiva Asociación León-Braganza se reunió este verano en la Cámara Municipal de la ciudad portuguesa, con la asistencia, entre otros, de los alcaldes de La Bañeza, Puebla de Sanabria y Braganza.
En la reunión, se facilitó la existencia del estudio previo del crucial tramo Braganza-Puebla de Sanabria, considerado el principal cuello de botella e intransitable al día de hoy para vehículos pesados. La obra está presupuestada en 58 millones de euros: 34 para el tramo portugués y 24 para el español, al margen de la inversión necesaria para el puente internacional en Rihonor que debe ser abordado conjuntamente por los gobiernos de ambos países siendo la mayor parte en territorio español.
La asociación que reivindica la vía rápida León-Braganza continuará con sus gestiones para evitar retrasos injustificados en este corredor. El pasillo Oporto-Braganza-León-Gijón es imprescindible para conectar los principales nodos urbanos del noroeste, así como para impulsar el desarrollo de sus corredores económicos interiores, en especial para las provincias de Zamora y León.
La León-Braganza lleva trece años entre saltos de mesa y cajón de las instituciones a las que recurre en busca de ayuda y decisión política para hacer realidad el proyecto.
Casi tres lustros de empeño tras un objetivo del que ahora solo separa de la realidad una decisión política.