Sanidad
León no retiene a sus enfermeras recién tituladas que optan por otras provincias
Satse asegura que solo se quedan 20 de las 150 graduadas por las malas condiciones laborales
León pierde cada año al grueso de su capital humano mejor formado por la fuga de los jóvenes titulados a otras provincias donde encuentran ofertas más atractivas. En el caso de las enfermeras, un colectivo que se ha demostrado clave durante la pandemia, la marcha de profesionales recién graduadas en busca de un futuro más halagüeño que el que encuentran en la provincia pone en jaque tanto las bolsas de empleo como el posible recambio de un 30% de sanitarias que se jubilan en los próximos cinco años.
El sindicato de Enfermería Satse denuncia «la situación insostenible a la que las administraciones han llevado a las enfermeras de León», ya que, tras padecer durante años «los peores salarios del país, con guardias nocturnas de poco más de tres euros, en lugar de poder tomar aire en este periodo estival, se han visto sometidas a un agotamiento aún mayor por la falta de profesionales y por las malas condiciones laborales que padecen».
Problemática anual
Satse ve que ese agotamiento sucede en todos los ámbitos asistenciales, desde Atención Primaria y Atención Especializada a Servicios Sociales y los centros dependientes de la Diputación Provincial, mientras que siguen faltando enfermeras que puedan cubrir todas las necesidades que existen.
Sin savia nueva
También pone cifras a la fuga de savia nueva. De los 150 titulados en Enfermería que se graduaron en la provincia, «solo se queda una veintena a trabajar en León, mientras el resto decide dirigirse a otros destinos y comunidades autónomas porque ofrecen mejores condiciones laborales que las que encuentran aquí», remarcan. Satse arrancó un acuerdo al Sacyl para al menos mejorar las retribuciones de las enfermeras a partir de este mes de septiembre y acortar la brecha con comunidades como el País Vasco donde estas profesionales percibían hasta 7.000 euros más anuales, o La Rioja que ofrecía vivienda.
De hecho, Euskadi y Cantabria fueron más hábiles en captar a 108 enfermeras formadas en León el verano de 2020, cuando más las necesitaba la provincia en la lucha contra el covid. Y lo hicieron con contratos más largos de hasta 10 meses o un año y mejor remunerados. Al no encontrar sustitutos, Sacyl y Servicios Sociales tuvieron que denegar permisos y vacaciones, lo que supuso empeorar las condiciones de estas profesionales y aumentar sus ganas de irse.
Sobrecargadas
La responsable de Satse en León, Ruth Barrientos, explica que ahora las trabajadoras están exhaustas tras un año y medio de pandemia en la que estuvieron sometidas, «y siguen estándolo, a una enorme presión asistencial, y este periodo estival, en vez de haber supuesto un momento de alivio, les trajo una mayor sobrecarga laboral nuevamente por la falta de efectivos suficientes».
Plazas sin recambio
Una cuestión que también favorece la no continuidad de muchas enfermeras que lograron su primer contrato de tres meses este verano en León. La organización sindical también incide en que si la asistencia en los servicios sanitarios y sociosanitarios ha salido adelante «no fue porque estuvieran bien dotados de recursos enfermeros sino por el enorme sobreesfuerzo que han realizado estas profesionales, con plantillas insuficientes y asumiendo el trabajo de compañeros que no eran sustituidos».
En opinión del sindicato de Enfermería en León, las administraciones deben valoran ese esfuerzo «titánico» de las enfermeras porque es una profesión que está en primera línea de la asistencia «y un pilar fundamental», además de por la necesidad de «cuidar a los que cuidan».
Satse hace un llamamiento a no perpetuar esta situación en el tiempo. Si ya es difícilmente sostenible, «un ahondamiento en la precariedad de las condiciones que sufren las enfermeras no puede llevar sino a un deterioro de una asistencia que hasta estos momentos ha sido muy bien valorada».