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Crisis por el coronavirus

Tercera dosis sólo para pacientes de riesgo

La EMA y Sanidad coinciden en el suero adicional para personas inmunodeprimidas como las trasplantadas

Una enfermera prepara una vacuna en el Palacio de Exposiciones de León. MARCIANO PÉREZ

Publicado por
Álvaro Soto
León

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Las personas inmunodeprimidas recibirán, con toda probabilidad, una dosis adicional de la vacuna contra la covid-19. La Ponencia de Vacunas del Ministerio de Sanidad, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) coincidieron ayer en recomendar un pinchazo extra únicamente para este grupo de población, y no, por ahora, para los residentes en centros de mayores y mucho menos para la población general.

Salvo un giro inesperado de última hora, la Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad dará luz verde la próxima semana a la dosis adicional para los trasplantados o para quienes están recibiendo tratamiento oncológico. «Se está abriendo un camino», señaló la ministra de Sanidad, Carolina Darias, tras la reunión del Consejo Interterritorial, donde su departamento debatió con las comunidades la tercera dosis, que por el momento, quedará restringida solo a un colectivo. «La dosis adicional tendría como objetivo que las personas inmunocomprometidas puedan alcanzar el resto de la población (en cuanto a protección frente al virus)», apuntó Darias.

En residencias

En una segunda fase se podría aplicar la tercera dosis a las personas de residencias de mayores

Los expertos de la Ponencia de Vacunas, que llevan trabajando en las últimas semanas sobre este asunto, concluyeron ayer que la dosis de refuerzo únicamente debe inocularse a los inmunodeprimidos y en todo caso, dejan para una segunda fase la posibilidad de administrar la dosis extra en las residencias de mayores, según explican fuentes de este órgano, encargado de asesorar al Gobierno en la campaña de vacunación.

Petición para mayores

La tercera dosis en las residencias de mayores ha sido una petición insistente de las patronales de los centros de mayores, sobre todo tras la explosión de casos de la quinta ola, desde finales de junio, cuando el número de contagios y de fallecidos se ha disparado en los geriátricos.