Análisis de los datos
La quinta ola va en retirada con 4.000 infectados aún en León
El virus sigue ahí. Los indicadores de riesgo de la quinta ola siguen a la baja pero la resaca de contagios mantiene aún activa la infección en más de 4.000 personas en la provincia, tan solo un millar menos que el pico más alto de contagiados en esta onda pandémica.
Con tan solo diecinueve municipios en riesgo alto en la provincia, 13 contagios en la jornada de ayer y todos los indicadores en riesgo medio (excepto la ocupación en UCI que sigue en riesgo alto) la quinta ola está en retroceso en León como en el resto de España.
Tan solo 21 personas quedaban ayer ingresadas en plantas hospitalarias por covid —16 en León y 5 en Ponferrada—. Son cifras de nueva normalidad que contrastan con el riesgo alto que se mantiene en la UCI, con 12 pacientes (10 en León y 2 en El Bierzo). La incidencia acumulada a 14 días bajó a 105 casos por 100.000 habitantes, la cifra más pequeña de Castilla y León que sitúa a la provincia en los niveles del inicio de la escalada (104 el 28 de junio).
La regresión de la quinta ola —que se resiste con leves repuntes en algunas comunidades autónomas— se observa con más lentitud en el número de personas con la infección activa. Según datos de Atención Primaria publicados en el portal de Transparencia del Coronavirus en Castilla y León aún hay más de 4.000 personas con el virus activo en la provincia (4.130 según la última actualización). La cifra pico de contagios activos en un mismo día en esta ola alcanzó los 5.000 en León.
Mansilla de las Mulas, con 458,9 casos por 100.000 habitantes, y Valderas, con 441,3, son los dos municipios que presentan las incidencias acumuladas a 14 días más altas de la provincia. Bustillo del Páramo, con 265 casos por cien mil, y Cacabelos, en el área de salud del Bierzo, que alcanzó ayer los 260,2 casos son otros municipios en riesgo muy alto de los que se publican cifras.
Menos pruebas
La demanda de PCR ha bajado de media en los días más álgidos a 60-70 en la última semana
Municipios en riesgo alto
Mansilla de las Mulas, Valderas, Bustillo del Páramo y Cacabelos son los más afectados
Se mantienen en esta situación los focos de Peranzanes, Berlanga y Noceda en El Bierzo, así como los de Lucillo, Villagatón, Magaz de Cepeda, Brazuelo, Valderrueda, Gradefes, Villaselán, Cármenes, Villaornate y Castro, Villamandos y Grajal de Campos. La situación ha mejorado en Valdefresno, que ha bajado a 230 casos por cien mil habitantes (riesgo alto) y notablemente en Santa María del Páramo con 96,7 casos por 100.000 habitantes y situación de riesgo moderado.
«Aunque las cifras absolutas de casos aún resultan elevadas, la incidencia lleva varias semanas en claro descenso. Es una buena noticia. Desde julio hemos estado en incidencias semanales de riesgo muy alto, hace muy poco pasamos a riesgo alto y esta misma semana llegamos a riesgo medio», señala Ignacio Rosell, epidemiólogo de la Junta de Castilla y León. Sobre el impacto que las fiestas y la vuelta al colegio pueda tener en un posible repunte, Rosell se muestra cauto: «La acumulación de fiestas puede suponer un riesgo de repunte de esta mejoría dentro de una o dos semanas coincidiendo con el inicio del curso escolar».
Sin embargo, tiene cierta confianza en la actitud de la población. «Creo percibir una cierta prudencia en estas últimas fechas, en comparación con las fiestas de mitad de agosto», apunta. Tras las escaladas de las fiestas y no fiestas de agosto en localidades como Peñafiel en Valladolid «ahora veo alguna organización de fiestas locales excelente, aunque aún se sigan viendo algunas otras actitudes preocupantes», añade.
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La retirada de la ola se ha notado en la última semana en el número de pruebas PCR que se realizan en el Palacio de Exposiciones de León. Con poco más de medio centenar frente al medio millar en los días más álgidos de la ola a mediados de julio. La tasa de positividad, del 5,97%, alcanza riesgo moderado.
«El el inicio del curso nos hace estar expectantes», admite Rosell. El curso pasado los centros escolares «hicieron una labor excelente, los maestros han salvado vidas de sus alumnos y también de familiares vulnerables de esos alumnos que no han llevado el virus a casa desde los colegios. Y los chavales han tenido un comportamiento excepcional en los centros, de hecho el inicio de esta quinta ola tiene en parte que ver con el inicio de las vacaciones y escapar un poco de ese control», explica.
A los factores sociales se suma como elemento de riesgo el descenso de las temperaturas con la llegada de la nueva estación. «El otoño siempre tiene el inconveniente del frío, y con ello de volver a reunirse en interiores, donde el virus se transmite con mucha mayor facilidad», indica.
Este es el motivo de que se mantengan medidas en la hostelería pese al avance de la vacunación, con más del 90% de la población con al menos una dosis. «Los epidemiólogos no tenemos nada contra la hostelería como sector, y de hecho yo personalmente he aplaudido buenos ejemplos de hostelería concienciada contra los riesgos, pero la hostelería tiene esa particular condición, es imposible consumir en un interior sin quitarse la mascarilla y eso es un riesgo», explica el experto.