Sacyl atendió 57 intoxicaciones por monóxido de carbono en la provincia
Emergencias Sanitarias de Castilla y León, dependiente de la Gerencia Regional de Salud (Sacyl), atendió en 2020 un total de 335 asistencias por intoxicaciones de monóxido de carbono frente a las 426 registradas en 2019, un 25 por ciento menos.
Según los datos facilitados por la Consejería de Sanidad, Valladolid, con 62 casos (99 un año antes), se situó a la cabeza de la comunidad por delante de las provincias de León (57 y 83), Burgos (51 y 62), Zamora (42 y 29), Salamanca (41 y 77), Ávila (27 y 28), Palencia (24 y 15), Segovia (18 y 26) y Soria (13 y 7).
La Administración autonómica destacó que este tipo de actuaciones se ven incrementadas en invierno por el uso doméstico de hornos, estufas de gas, calentadores y chimeneas de leña en situaciones de funcionamiento subóptimo o utilizados en espacios mal ventilados.
En la estadística de Sacyl se incluyen las intoxicaciones tras inhalar monóxido de carbono, que desplaza al oxígeno y se distribuye homogéneamente al ser tan denso como el aire, pero también por escapes de gas natural.
En este sentido, el butano, al pesar más que el aire, baja, mientras el metano sube. En cualquier caso, la consejería advierte de que si los mismos síntomas (dolor de cabeza, mareo, debilidad, náuseas, vómitos, confusión y adormecimiento) se repiten en el resto de miembros de la familia, las alarmas se deben encender.
También recuerda que el hecho de que no tenga ni olor ni color, hace muy difícil detectar su presencia, de ahí los apodos de «asesino silencioso» y «muerte dulce».