Fernando Simón en el Congreso de Epidemiología
«Sabíamos qué hacer, pero no teníamos las herramientas»
Faltó tecnología. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, destacó ayer en León que la primera ola de la pandemia del coronavirus pilló a la sanidad pública sin la tecnología del siglo XXI.
«Cuando llegó la primera ola teníamos muy poca idea de lo que realmente había. Lo que veíamos y lo que realmente estaba pasando no tenía nada que ver». El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencia Sanitarias, Fernando Simón, reconoció ayer en León que las medidas de control del virus iniciales fueron como «matar moscas a cañonazos» porque «sabíamos muy poco de lo que realmente pasaba, sobre cómo se transmitía el virus, no sabíamos lo que significaban las pruebas de anticuerpos, teníamos pocas herramientas y pasamos a la acción más drástica. Si hubiéramos tenido la información de la que ahora disponemos las medidas hubieran sido más específicas». El virus irrumpió y colapsó la sanidad pública «a la que no había llegado aún la tecnología del siglo XXI» necesaria para implementar los conocimientos teóricos. «Sabíamos qué teníamos que hacer, pero no las herramientas adecuadas».
La primera aparición pública después de dos meses de quien fue el especialista más mediático durante la pandemia levantó una gran expectación en la cuarta jornada del congreso de la Sociedad Española de Epidemiología que se celebra en León y que aborda, entre otras cuestiones, las pandemias. «¿Qué hemos aprendido?», se preguntó Simón al inicio de su intervención en la mesa Evolución de la gestión de la pandemia del covid-19. Lo que se esperaba y lo que pasó . «En la primera ola teníamos muy poca información de lo que había. Hicimos el estudio de seroprevalencia que nos indicó que lo realmente estaba pasando», una aproximación más real que llegó a partir del 11 de mayo con la generalización de los de detección, las vacunas, el análisis de los anticuerpos moduló la evolución de las cinco olas detectadas hasta ahora. Simón nuevas olas como las conocidas hasta ahora, aunque no descartó periodos de alta incidencia. «En la primera ola fallecían el 13% de los infectados y de esos, el 24% eran mayores de 80 años. Detectábamos uno de cada diez infectados. A partir del 11 de mayo empezamos a destapar el 80% de los casos». La letalidad del virus también ha bajado con las vacunas. «Al principio teníamos dudas de cómo detectar y contar a los fallecidos. Hemos incluido a gente que tenía coronavirus pero no se moría de coronavirus, pero había otros que se nos escapaban.No todos los países lo diagnosticaban igual. Evaluar y comparar esta pandemia es casi imposible». La comparación de las distintas olas tiene un reflejo caro en las muertes y la edad de los ingresados. Si la edad media de los hospitalizados en la primera ola era de 70 años, en la segunda era de 55 y 60 y en la quinta, menos de 49. Edades que también ha extrapolado a los ingresados en UCI. «En la quinta ola ingresaron pacientes con 27 años».
Simón dijo las víctimas mortales de la covid son mayores de 80 años, «en todas las olas» aunque, «también se mueren jóvenes».
La incorporación de los niveles de alerta sanitaria ayudó a focalizar las medidas. «Con estos niveles de alerta ya no matábamos moscas a cañonazos», aunque reconoció que las medias de impacto socioeconómico «se convierten en una herramienta política de alto nivel».
Menores de 12 años
Los menores de 12 años fallecidos es de un 0,003 por mil habitantes y los ingresos representan el 0,3 por mil. «Los menores de 12 años no están vacunados, no lo van a estar por ahora», aseguró. «El impacto de la pandemia es muy bajo y eso tiene que hacer reflexionar. Tenemos que empezar a normalizar la enfermedad por coronavirus». «Estamos terminando de vacunar a los más jóvenes. Los de 20 a 29 están con coberturas de vacunación del 67% y los de 12 a 19, alrededor del 50 % con pauta completa y más del 75 % con una sola dosis. Y con una ventaja, la efectividad es mayor en los más jóvenes».
Además de Simón, la investigadora Helena Legido, de la Universidad de Singapur, destacó que, pese a las recomendaciones previas con el ébola y otros Sarcs «todo fue ignorado, no se midió bien si los países estaban preparados y la OMS y países como China tardaron un mes en responder. «Otro error fue no darnos cuenta de que en África había especialistas muy bien preparados por el ébola».
Enrique Ramos. profesor de Salud Pública en Oporto, puso en evidencia las medidas dispares tomadas por los países de la UE: «Cada país decidió cosas diferentes».
La especialista en comunicación, Bárbara Oliván, de la Universidad de Zaragoza, aportó datos sobre la desinformación en pandemia. «ISGlogal analizó 100 contenidos falsos, compartidos 1,7 millones de veces y tuvieron 116 millones de visualizaciones que tardaron 22 días en desaparecer de las redes». «A mayor exposición a los medios tradicionales, más información. Con los digitales y discursos políticos, hay más ciudadanos que creen en las conspiraciones».