Halagos a la plantilla
Arias alaba al personal de Diputación tras decir que el 15% «calienta la silla»
La diputada defiende el teletrabajo pese a que el control interno reveló incumplimientos
Un mes y medio después de la polémica del teletrabajo durante la pandemia en la Diputación, aireada por este medio al revelar que el rastreo de control interno detectó incumplimientos en decenas de funcionarios, la responsable de Personal, Ana Arias, aprovechó ayer una pregunta del PP en el Pleno para deshacerse en halagos hacia la plantilla. Después de que en agosto, en declaraciones a este periódico, se desahogara con la sentencia de que «el 85% cumplió», mientras que «el otro 15% no trabaja ni aquí ni en casa: vienen a calentar la silla», la diputada socialista quiso salvar la cara con la sentencia de que «el personal cumplió con sus funciones tanto en remoto como en presencial en beneficio de nuestra provincia».
La valoración la armó Arias con la comparativa de las «subvenciones tramitadas y concedidas en los tres últimos: 1.893 en 2019, 3.041 en 2020 con la pandemia y 1.349 en lo que va de año»; los decretos: «64.758 en 2019, 68.629 en 2020 y 47.190 hasta ahora»; y «la ejecución del presupuesto: el 90,68% en 2019 y el 99,28% en 2020». «Son datos. No hubo caso sino que se sacó adelante más trabajo», recalcó la diputada del PSOE dentro del batiburrillo de cifras soltadas para defenderse, pero sin aclarar por qué el control interno evidenció casos de empleados públicos que fichaban a primera hora de la mañana y, transcurridas las horas, no había realizado ningún trámite ni labor. «Algunos no podían hacer nada, nada visible, quiero decir, pero trabajaron muchísimo y cuando salieron los plazos lo tenían todo preparado», se justifico la responsable de personal, a quien los sindicatos presionaron cuando se hicieron públicas sus declaraciones para que rectificara.
Pese a ser la autora de la frase sobre los que «calientan la silla», como le recordó el portavoz del PP, Francisco Castañón, Arias se enrocó en su papel de defensora de «la eficacia y la capacidad de trabajo de los trabajadores de la casa». «No hay informe y nos damos por satisfechos del trabajo», respaldó el presidente, Eduardo Morán, pero sin explicar por qué suspendió el trabajo en remoto de repente el 1 de julio, ni el motivo de que diera la orden de que los trabajadores desviaran su teléfono laboral al móvil o al fijo de su casa para que respondieran a las llamadas en horario laboral, tras las quejas de superiores e incluso diputados por los incumplimientos.