Diario de León

Misión cumplida en el Palacio de Exposiciones

«No tiramos ni una vacuna, íbamos a buscar a la gente»

Con 370 vacunadas inoculadas, sonrisas y alguna lágrima se cerró la última jornada del vacunódromo de la capital. Personal sanitario y Protección Civil hacen balance de siete meses y medio en la jornada en la que se alcanzaron 710.306 dosis inoculadas y 368.824 personas inmunizadas.

Un cabo primero del Aire fumiga las tiendas de la vacunación. M. P.

Un cabo primero del Aire fumiga las tiendas de la vacunación. M. P.

León

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Un cabo primero del Ejército del Aire fumiga las tiendas para su desinfección antes del desmontaje, mientras el equipo de vacunación sale apresuradamente con ordenadores, viales y desfibriladores para vacunar a las últimas personas que llegan al Palacio de Exposición el último día, a última hora.

El pabellón de vacunación, abierto el 16 de febrero, se cerraba ayer 30 de septiembre. La fecha quedará para la historia, aunque no se ha grabado aún en las cristaleras. La actividad sanitaria no para en Atención Primaria. Los equipos ultiman la tercera dosis en las residencias —Lorena llega cargada con las neveras desde Armunia y otros no llegarán porque han ido a La Cabrera— ya se preparan nuevos retos.

La campaña de vacunación de la gripe está a la vuelta de la esquina y en el lugar donde se han puesto cerca de 390.000 pinchazos para frenar el covid durante siete meses y medio intensos, mañana se celebrará un concierto del León Street Music.

Lucía, una de las últimas vacunadas en el palacio. MARCIANO PÉREZ

Conscientes de que han sido protagonistas de una misión histórica, se llevan la satisfacción de haber tenido «una vivencia única, laboral y personal», afirma Marisa Mochón. «Es histórico porque hemos escrito una pequeña parte de esta aventura. Nos pidieron algo desconocido para todos y se hizo. Y cada una de nosotras dejamos parte de nuestras historias para crear una conjunta», comentó otra enfermera. Muchas sonrisas y alguna lágrima en el balance final, «siempre positivo».

Los apuros y malos ratos pasados ya son solo anécdotas, como los bulos de que se habían acabado las vacunas cuando organizaban las colas o había un parón por un fallo en el sistema informático.

«Ha sido un equipo que ha dado mucha seguridad», asegura la responsable de vacunación y jefa de Enfermería de Atención Primaria en León, Ana Rivero. Enfermeras, auxiliares, administrativos, médicos... y también fisioterapeutas que fueron los artífices de que en verano pudiera continuar la vacunación mientras la enfermería se rotaba para las vacaciones

Protagonistas

«Nos pidieron algo desconocido para todos y se hizo. Creamos una historia conjunta»

La campaña ha sido un máster en formación en vacunas y en estrategia de vacunación. Todo lo que hay detrás de un pinchazo y no se ve como la distribución de las tiendas, la asignación en el programa informático, la conservación y traslado de las vacunas fue asumido por un «equipo versátil», que puso por delante la prioridad de vacunar por encima de horarios, que «nunca se han cumplido», señalan.

Gestionar viales de 6, 10 y 12 dosis, afrontar la escasez de personal en verano y coordinarse con los centros de salud fueron otros de los retos. «No tiramos ni una vacuna, salíamos a buscar a la gente cuando nos sobraba alguna dosis», subraya la jefa de Enfermería.

Una joven vacunada en camilla para evitar el mareo. MARCIANO PÉREZ

El agradecimiento de las personas mayores es una de las mayores satisfacciones que se llevan. «Un hombre me trajo un ramo de flores cuando vino a vacunarse», apunta Carmen de la Fuente, enfermera de la Condesa que, como de otros centros de salud, se desplazó puntualmente al Palacio de Exposiciones..

El equipo de vacunación ha estado integrado por unas 70 personas, algunas con contratos eventuales. La mayoría están recolocadas pero otras tienen aún la incertidumbre del próximo destino. El último día de la vacuna en el Palacio de Exposiciones se pusieron 370 dosis. La mayoría primeras dosis de personas que han pasado la enfermedad y no habían podido vacunarse. Verónica Álvarez Pérez, de 28 años, recibió la vacuna sobre una camilla para evitar el mareo de la aguja. «Estuve ingresada en junio con neumonía, muy mala, y no me pude vacunar», señala. Tino, un muchacho de 21 años de Cembranos, se decidió a vacunarse en el último día: «Hoy ya no lo dejo pasar más», se dijo. Lucía, de 17, y estudiante de segundo de Bachillerato en el Juan del Enzina, aprovechó la última jornada para ponerse la primera y única dosis, También tuvo el covid: «Como han adelantado de 6 meses a cuatro semanas, he venido ahora», apuntó. Yolanda, de 58, cumplía los seis meses: «Fue lo que me dijeron en la mutua y he venido hoy».

Un total de 105 jornadas al pie de las colas y de los enfados de unos pocos que tapan el agradecimiento de muchos cumplió ayer el voluntariado de Protección Civil de León en el Palacio de Exposiciones. Entre los que se querían colar y los que entraban al recinto y exclamaban: «¡Veis, esto qué bien está!», quedan la satisfacción de lo mucho que han aprendido y lo que han aportado con su formación en control de masas.

Otros vacunadores

«Los fisioterapeutas hicieron posible que diéramos vacaciones en verano»

«Le hemos dedicado muchas horas, gente jubilada, gente que trabaja... Mi día descanso lo he dedicado a venir aquí», comenta Félix. Mayo, junio y julio fueron los meses de las inmensas colas que alcanzaron hasta el cruce de Michaisa. Días de calor y lluvia, desmayos y soluciones como la apertura del pabellón contiguo en busca de la sombra.

Lorena sale cargada con las neveras donde se transportan las vacunas. MARCIANO PÉREZ

La cola se convirtió en un Dragon Can, una culebra o una montaña rusa... todo por la vacuna. «Para algunos fue el primer servicio», comenta Juan Amoedo. Y cumplieron. Otros llevan veinte y más años en la agrupación. Muchos hombres y algunas mujeres que no han dejado de colaborar con la sociedad durante toda la pandemia. Han hecho de recaderos de personas mayores y dependientes, repartieron mascarillas en los autobuses, llevaron la comida al pabellón San Esteban, los libros a las casas de escolares... Daban la mano y no pocas veces les tomaban el pie y mucho más.

Entre los sanitarios también hubo voluntariado. Alberto, médico y enfermero, que ayer regalaba sonrisas con el pinchazo y en los días de más brega no daba tregua a la aguja, ha donado su tiempo a la campaña masiva.

El Palacio de Exposiciones cerró ayer, pero la vacunación continúa. Ahora en los centros de salud. Carmen de la Fuente ya tiene citadas a 25 personas para el día 6, 14 para el día 13 y 12 para el 20 de octubre en el ambulatorio de La Condesa. Silvia en el Crucero, Eva en San Andrés, Marisa en el hospital, Lorena en José Aguado... A la batalla cotidiana de la sanidad pública.

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