San Froilán 2021
San Froilán devuelve a León su romería más popular
Miles de personas peregrinan hasta La Virgen del Camino para disfrutar de la primera fiesta multitudinaria tras la pandemia. Pendones y medio centenar de carros engalanados desfilaron hasta la basílica
La romería de San Froilán a La Virgen del Camino devolvió a la calle una de las tradiciones más enraizada en el imaginario leonés, que, como casi todo, no pudo celebrarse en 2020 por culpa de la pandemia. No fue tan multitudinaria como otros años, pero miles de personas llegaron, a pie o en coche, hasta la basílica para disfrutar de la primera fiesta de estas características que se celebra en León desde que apareció la emergencia sanitaria. Fue lo más parecido a la normalidad, a pesar de las mascarillas y del fuerte dispositivo de seguridad que canalizaba a los peregrinos y evitaba las concentraciones masivas en el mismo punto. Una hilera de pendones y pendonetas abrió el desfile desde bien temprano, ocupando los dos carriles de la N-120 que llevan al templo. Detrás iban los carros engalanados, tirados por bueyes, caballos, burros y ponis, que recorrieron los tres kilómetros que hay hasta la iglesia, donde a mediodía tuvo lugar la solemne eucaristía en honor al patrono. La celebraron dentro por culpa de las restricciones que todavía se deben cumplir para contener al virus. La presidió el obispo de León Luis Ángel de las Heras y acudieron autoridades civiles y eclesiásticas de la provincia. La comitiva política la encabezaron el alcalde de Valverde de la Virgen, David Fernández, y su homólogo en la capital, José Antonio Diez. Cuando terminó el acto religioso, que subrayó la figura estoica del santo Froilán, hubo bailes regionales y de nuevo la exhibición de pendones al cielo, con sus característicos colores, portados por los mozos de los pueblos y comarcas de León, que mantienen viva esta tradición tan singular, orgullo de esta tierra y declarada de interés turístico regional.
Tampoco faltaron los que intentaron tocarle las narices al santo de bronce que hay en uno de los laterales de la basílica, a pesar de las restricciones. Ni los tenderetes de ropa, frutos secos, artesanía y bisutería, impregnados por el olor a pulpo, chorizo y morcillas que llenaban los platos de los romeros, que también compraron los tradicionales perdones, o avellanas. Empanadas a doce euros, hogazas a cinco o mantecadas de Astorga a seis, junto a zapatillas deportivas, madreñas o babuchas para el invierno. La exaltación de las costumbres leonesas regresó dos años después a La Virgen del Camino. Y lo hizo sin sobresaltos, con ilusión y bajo la atenta mirada de los agentes de la Guardia Civil de Tráfico, la policía local de Valverde y los voluntarios de Protección Civil, que velaron porque todo transcurriera con normalidad, a pesar de que «aún estamos rodeados de ciertos riesgos y caminamos con una lógica precaución sanitaria», como apuntó el obispo, que agradeció al patrono que se haya podido celebrar la fiesta de San Froilán.