Gerardo Cuerva | Presidente de Cepyme
«Me preocupa saber cómo van a llegar los fondos europeos a León»
El presidente de la Confederación Española de Pequeñas y Medianas Empresas (Cepyme) considera que la reactivación y la recuperación económica no son sinónimos, pide al Gobierno que ponga en el centro «y no en la diana» a los empresarios y exige que los fondos europeos lleguen a todos los rincones de España.
—¿Cuál es la situación de la pequeña y mediana empresa en León?
—La misma que en el resto del país, porque tenemos una enorme capilaridad. Son empresas que han dado la cara, han demostrado su aportación a la sociedad en este periodo tan difícil en el que las restricciones administrativas han limitado la actividad. Muchas de ellas han cambiado sus procesos para poder ayudar a la sociedad y creo que se ha puesto de manifiesto su importancia. Pero ahora nos encontramos en un momento delicado, porque no hemos recibido las ayudas/compensaciones que necesitábamos. Muchos países de Europa han decidido compensar a sus empresas. En España no ha habido esa compensación definitiva, solo una ayuda a endeudarnos con los planes del ICO que limitan a las empresas y las sobreendeudan. Los balances están deteriorados. El segundo trimestre del 2021 ha sido el más bajo en operaciones de crédito de los últimos cuatro años. Eso puede provocar una restricción del crédito y entraríamos en otra escalón de dificultad. La reactivación de la economía no es sinónimo de la recuperación. No me canso de decirlo. La empresa ha arrancado el camino de la recuperación pero lleva una mochila muy pesada.
—Mochila que pesa más por la falta de ayudas directas...
—No pedimos una ayuda por habernos equivocado en nuestro planteamiento, sino porque nos han obligado a cerrar y a parar nuestra actividad. Llega un momento en que la resignación del pequeño y mediano empresario se traduce en que pedimos que, ya que no nos ayudan, no nos pongan más problemas, que no metan a las empresas más palos en la ruedas. El gobierno, lejos de dar esa compensación, lo que está generando son más problemas.
—¿Para cuándo auguran ustedes la reactivación y la recuperación total?
—Yo creo que la reactivación es evidente, ya está aquí. Lo más importante es la eliminación de las restricciones y cómo las personas ya nos podemos mover en España, incluso sin la llegada de extranjeros porque aquí llegaban más de 80 millones de extranjeros en 2019, aún sin esa cuantía. Sin embargo estamos dando pasos. Me preocupa mucho la visión triunfalista del gobierno respecto al crecimiento económico del país. Hablaban de un 7 % para el 2022 y sin embargo para el 2021 ya llevamos un 1 % menos de lo que calculaban. No creo en lo que dice el Gobierno de que las empresas públicas van a ser el motor de la economía. Eso es un modelo sin futuro.
—Quizás solamente es ruido, pero ¿un ruido que asusta el empresario?
—Asusta muchísimo. La empresa de León ya compite en otra liga, está en mercados internacionales y estigmatizar a España como un país que no es seguro, en el que se pone en duda la propiedad privada y donde se toman medidas tan populistas como la intervención de los beneficios de las empresas no lleva a ningún sitio. Necesitamos inversión extranjera. No podemos jugar con el populismo cortoplacista ni normalizar situaciones que se están anunciando. Esto no es un problema de grandes y pequeñas empresas, sino de creer en la empresa o no creer en ella. No nos gusta el corto plazo para buscar un titular en lugar de la competitividad.
—Los presupuestos generales del Estado van encaminados al bienestar, pero parece que no demasiado a crear riqueza...
—Ante una situación extraordinaria como está hay que tener actuaciones extraordinarias. Incrementar el gasto era conveniente y necesario cuando la gente lo estaba pasando mal, pero eso no se puede convertir en un gasto estructural que no tenga contrapartida. No vale utilizar los fondos europeos para gastos y gastos y gastos porque los fondos europeos no son eternos. Hay que dedicar una parte importante de la inversión y a mejorar el modelo productivo y no podemos hipotecarlo con gastos improductivos. No tiene ningún sentido que la única contrapartida sea el incremento de la presión fiscal al mundo de la empresa, porque si no, vamos a acabar con nuestra competitividad. España es el país de Europa con más presión fiscal. Nosotros estamos en el 11,1 % y la recaudación de impuestos se lleva el 36% en nuestro país cuando la media europea del 25 %.
—¿Qué opinión tiene Cepyme de la dualidad del Corredor Mediterráneo y el Corredor Atlántico?
—Vengo de Granada, que igual que León es una zona con déficit de infraestructuras. Creo que sería de justicia que el gobierno de España hiciera una apuesta decidida por la vertebración de nuestro país. Necesitamos infraestructuras que son compatibles, como el caso del Mediterráneo y el Atlántico. No podemos condenar a España a no tener una conexión directa con Europa desde León.
—¿Hay algún tipo de futuro para las empresas que han tenido que cerrar?
—En aquel desgraciado el mes de marzo de 2020 ya habían desaparecido más de 100.000 pequeñas y medianas empresas, que no se habían recuperado de las pérdidas por la crisis del año 2008. Si dejamos la estacionalidad aparte, hay más de 46.000 empresas que se han perdido y no es solamente eso, sino las que permanecen pero están deterioradas y tienen un bajo volumen de facturación. La empresa nueva no tiene el bagaje que tenía en la que ya estaba establecida. No es fácil tener quince o veinte trabajadores y siete años de experiencia. Las grandes empresas se van recuperando, pero también pierden calidad en su tejido. Por eso nosotros en Cepyme estamos obsesionados con decirle al Gobierno y a las administraciones autonómicas que pongan a la empresa en el centro de sus políticas, no en la diana que es donde nos han colocado. Creo en un estado de bienestar, pero tiene que partir desde el trabajo.
—¿Hay previsiones para esa reactivación y para la recuperación?
—Desgraciadamente no tenemos una bola de cristal, pero depende de las políticas que ponga en marcha el gobierno. Si la apuesta va a ser subir la presión fiscal y poner más palos en las ruedas, no lo vamos a conseguir. Pero si hay apuestas decididas por sistemas de competitividad, llegaremos antes al crecimiento y al bienestar de las empresas. La clave es saber cuánto se va a apostar por las empresas para recuperar el régimen nominal de las empresas. Desgraciadamente lo que se anuncia y las medidas que se están tomando distan mucho de poner a la empresa en el centro.
—¿Un cambio de color político facilitaría también un cambio de políticas empresariales ?
—Nosotros no ponemos ni quitamos gobiernos. Pero es cierto que hay gobiernos que son más proclives y el que tenemos ahora está poniendo en entredicho el programa económico que tenemos en España. No sé si quiere cambiar el modelo y pasarlo al sistema comunista, habría que preguntárselo a ellos, pero nosotros lo que defendemos son los intereses empresariales y la economía privada con libre competencia porque creemos que es el progreso de una sociedad y con el que esté al frente será con el que tengamos que trabajar para intentar que sea lo máximo.
—¿Qué opina de los fondos de recuperación de la Unión Europea ?
—Me preocupa saber cómo van a llegar a las empresas y a la provincia de León. Si de verdad esos 140.000 millones pueden mejorar el sistema productivo, tiene que ser a través de un compromiso para que lleguen a todos los rincones de España y a todos los tamaños de empresa. No vale que se centran en un determinado segmento o en una localización concreta. Tiene que llegar a la provincia de León y a todas las provincias de España, hasta el último municipio y hasta la última provincia.