Fiebre «setil»

. Dícese de ese dolor que se ubica en la cabeza y que se manifiesta con un incremento de la temperatura corporal. Bueno, más o menos, porque cuando lleva el apellido de «setil» su significado varía. Entonces, dícese de esa búsqueda constante, y generalizada, de hongos en tierras y prados, en este caso leoneses. Este año son muchos los afectados. Por eso la celebración de la décimo octava edición de la semana micológica en la ciudad está siendo demandada por cientos de leoneses. Cada día las instalaciones del salón de actos de Caja España, en Santa Nonia, «se abarrotan -en boca de Manuel Durruti- de personas a quienes les entusiasma conocer el mundo de las setas, su gastronomía y peligrosidad». Adjetivo este último que ha llevado a Manuel Durruti a estudiar a conciencia, e investigar sin descanso, los distintos hongos que se paren cada año en los hayedos, pinares, robledos y encinares de León. Y es que éste es un paraíso para los amantes de la especie. «En la asociación somos 200 socios, entre los que se encuentran muchos, y muy expertos, conocedores de setas». Destaca algunos nombres como el de José Luis Sierra, Cuenca, Motza, Eiros -presidente actual-, Azurmendi, Ramón o Pedro. Todos ellos se reunen de vez en cuando para hacer excursiones y, lo que es mejor, «asesorar a aquellas personas que, sin conocer el peligro que se esconde tras el colorido de ciertos hongos, cargan sus cestas y cocinan, puede, su última cena». Si no se conocen lo aconsejable es recoger un sólo ejemplar, a poder ser completo, con sombrero y parte de la base del pie para que «nosotros lo estudiemos y le demos el visto bueno». Afortunadamente en León no se han dado casos de muerte por ingesta de setas venenosas. Pero haberlas, haylas. La Amanita phalloides, verna o virosa ya avisan en el nombre de su peligro mortal. Ingerir Cortinarius orellanus (fácilmente confundible con la Calocybe gambosa, más conocida como la seta de San Jorge), la Lactarius torminosus, la Lepiota helveola o algunos champiñones puede acarrear gastrointeritis, intoxicaciones, vómitos, diarreas o la muerte. Avisar de este peligro es uno de los objetivos básicos de las jornadas micológicas que organiza la asociación, que, como broche de cierre de sus conferencias, ha organizado una exposición de setas en la plaza de San Marcelo el domingo de 10.00 de la mañana hasta las 14.00 horas. «Para que todos aquellos que las demanden, puedan identificarlas mejor». Las condiciones climatológicas favorables, y una sequía «setil» predecesora años pasados, han sido las responsables de que en el presente florezcan más de 1.200 ejemplares de éstas en tierras de León. Durruti critica que «la gente se preocupe más del fútbol que de la cultura. Después, a la hora de coger hongos sin conocimiento, vienen los problemas». No obstante, apoya, sin pensárselo dos veces y en alta voz, que la gente se eche al monte a buscarlas. Exquisiteces en el armario «Son muchas las exquisiteces que su gastronomía encierra». Dice que las más deliciosas para el paladar son la Cantharellus Tubaeformis, Clitocybe geotropà, Lactarius deliciosus (níscalo) o Leucpaxillus candibus. También avisa de que una de las setas que nunca antes había presentado problemas, la Tricholoma portentosum, se encuentra en cuarentena porque en Francia ha habido intoxicaciones. Para conocer, educar y acercar el mundo de los hongos al ciudadano de a pie hace hincapié en la importancia que tendría el crear, aquí en León, el centro botánico europeo Cantabriun. Éste estaría ubicado en toda la Candamia, dirección Villaobispo, entre las Lamas y el Torío y en él estaría representada toda la fauna y los hongos del reino Fungi. «Si se materializa este proyecto en su mano estaría una fuente muy rica de turismo, educación y ocio», adelanta con ahínco.