El 99% de las farmacias se suman al plan Sigre de reciclaje de medicinas

El nuevo sistema de recogida integral de medicamentos pretende que tanto los medicamentos como sus envases no contaminen el medio ambiente. Para tal efecto, en cada farmacia se colocará un buzón blanco en el que los ciudadanos depositarán los restos de las medicinas, estén o no caducadas, que entrarán un proceso que concluirá en su destrucción. Este nuevo sistema de «reciclaje» suprime el envío de medicamentos que aún no habían cumplido su fecha de caducidad a países del tercer mundo. En 1994 la OMS promulgó una directiva en la que se obligaba a los estados miembros a responsabilizarse de la gestión de los envases comercializados en el mercado nacional y a legislar en materia de prevención y reducción del impacto medioambiental de estos productos. En relación a esto, la OMS obliga a que los medicamentos que se envíen a los países subdesarrollados sean nuevos y adaptados a las necesidades médicas de estas personas. Uno de los puntos en contra que veía esta organización perteneciente a la ONU estaba ligado a la conservación en los hogares de los productos, en muchos casos, relacionados con la temperatura y la humedad a la que estaban condicionados y que podía afectar a los principios activos del medicamento. Así, España promulgó su correspondiente ley en 1997. Los objetivos de Sigre se centran en dos aspectos esenciales, la destrucción de los envases y la eliminación de los medicamentos. En esta cadena están implicados todos los eslabones que componen la cadena del medicamento. Concienciación del ciudadano «El ciudadano debe ser consciente de que es un eslabón esencial en el proceso», aseguró la presidenta del Colegio de Farmaceúticos, Gloria Carrasco y continúo diciendo que el consumidor debe devolver el envase a la farmacia, cerrando así la cadena. En muchos de los envases que contienen los medicamentos permanecen restos de los principios activos que son altamente tóxicos si se mezclan con los residuos domésticos y van a los basureros ordinarios. El proceso que implanta el Sigre, financiado por los laboratorios farmaceúticos y en el que participan las cadenas de distribución asociadas a Fedifar y el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmaceúticos, invierte el proceso de la cadena del medicamento. Así, el ciudadano será el encargado de depositar el producto en su farmacia, que por medio de los distribuidores llegarán a un gestor adecuado que los seleccionará y clasificará para su reciclaje o destrucción. A nivel nacional son casi 17.300 las farmacias que participan en el Sigre, de las 19.700 existentes, en su implantación en las 14 de las 17 comunidades. A nivel autonómico, se colocarán en Castilla y León 1.560 contenedores.