Adiós seta

La Asociación Micológica San Jorge de León, se fundó en 1974 y desde esa misma fecha, hace 28 años, organiza anualmente la semana micológica que acerca a todos los leoneses el apasionante y a veces complicado mundo de las setas. Ayer se clausuraron estas jornadas con una exhibición en la que se mostraban más de 215 especies de setas y por la que pasaron más de dos mil leoneses que se agolpaban ante las mesas. Ordenadamente e intentando no salirse de la cola que bordeaba las mesas los curiosos, los iniciados y los expertos evitaban perder su posición. Así, ordenadamente, bajo un clima otoñal muy ligado a la micología. Una lección micológica y también una lección preventiva. Los expertos saben que hay setas muy peligrosas, mortales, y con ellas hay que tener mucho cuidado. Cada una de las piezas que se mostraron ayer estaban identificadas con su nombre y con un punto de color que las catalogaba en función de su uso y su peligrosidad: Comestibles, sin interés, tóxicas y mortales. Pero las setas dependen del clima, de la humedad y la temperatura. Los miembros de la asociación San Jorge apuntaban que si la exposición se hubiera hecho la semana pasada se habrían expuesto muchas más setas, pero los últimos días de frío han hecho que muchas especies dejasen de brotar. Desde la asociación también se asegura que hay que estar al día, porque especies que siempre habían sido comestibles, ahora han dejado de serlo. Es el caso de la tricholorua equestre, también conocida como seta de los caballos. Tras una intoxicación que se produjo en Francia, que provocó la muerte a tres personas, la Universidad de Burdeos, la clasificó dentro de las setas tóxicas. Algunas investigaciones apuntan a que la toxicidad podría encontrarse en el pigmento amarillo del sombrero. Los miembros de la asociación San Jorge ven en la micología una forma de cultura y por eso consideran que la exposición de ayer era «divulgativa». Ellos conocen muchos rincones de la provincia propicios para la recogida de setas, pero no valoran tanto el aspecto culinario, aunque tampoco lo desprecian. Algunas setas son un verdadero manjar. Pero en los asoaciados, lo que prima, es el valor científico, su estudio y clasificación. Buscar ejemplares únicos. La micología también abarca otro aspecto, no solo el estudio de las setas, también el contacto con la naturaleza, algo indispensable para ser un «buscador». Los miembros de la asociación San Jorge consideran que es necesario tener en cuenta la ideología del desarrollo sostenible. No se puede permitir que las especies se extingan, hay que saber recoger y también dejar, para que la reproducción natural siga su curso. Mantener el ecosistema vivo y cuidarlo es una de sus máximas. Pero saben que las setas no son cuadriculadas, no nacen siempre en el mismo lugar. Dependen de la climatología. Aunque cada seta da sus pistas, en los hayedos, en los robledales, los encinares... Además, dentro de las setas que exponían había una considerada como «sospechosa». Su sombrero era de color arananjado y bajo él unos gajos jugosos. La volva era dura pero con cierta fragilidad, una especie de cáscara. Se llamaba naranja orata y provocaba una sonrisa en todos los leoneses que se fijaban en ella. Y es que la naturaleza también tiene sentido del humor.