Estadísticas de empleo

Desde hace algún tiempo los gobiernos de todos los países desarrollados han asignado fondos públicos para que los organismos encargados de producir las estadísticas económicas modifiquen la metodología que emplean. En casi todos los casos las reformas efectuadas han aflorado los factores positivos que mejoran con eficacia y elegancia los resultados de los datos: la inflación se reduce porque antes estaba sobrevalorada, el PIB crece porque estaba infravalorado y el consumo privado y el empleo aumentan porque la base de cálculo respectiva se ha actualizado. Desde que en la primavera pasada se modificase la metodología de la Encuesta de Población Activa (EPA) lo habitual ha sido encontrarse con resultados desconcertantes. La primera vez los datos obtenidos fueron contrarios a lo esperado y en la segunda ocasión las tasas de crecimiento del paro fueron absolutamente desproporcionadas. En esta ocasión las cifras obtenidas, referidas a la temporada de verano, son todavía más extrañas. En comparación con el mismo trimestre del año anterior aumenta extraordinariamente el paro (un 14,78%), sobre todo en los servicios (21,06%), en la agricultura (20,93%) y en la industria (16,02%). Crecen las contrataciones indefinidas, sobre todo de mujeres y se reducen los contratos temporales. En comparación con el trimestre anterior la Encuesta dice que casi todo el nuevo empleo creado (116.200 personas) ha sido ocupado el crecimiento de la población activa (196.100 personas) y no por parados (que han aumentado en 79.800 personas). El fuerte crecimiento de la población dispuesta a trabajar (556.500 personas en los últimos doce meses, parte la cual procede los últimos cursos del bachillerato) explicaría la razón del escaso crecimiento de los salarios. Y explicaría también el crecimiento del paro, hasta las 2.106.100 personas (con una tasa de paro del 11,41% sobre la población activa), lo cual resulta un contraste excesivo para con hechos tangibles. La demanda de peones y especialistas para la construcción, la metalurgia y los servicios; la solicitud empresarial para ampliar el cupo legal de inmigrantes; y que el parado que ahora quiera un empleo puede encontrarlo si no le hace ascos a los contratos temporales ni a los salarios oficiales por debajo de la categoría. Es decir que, ante la desaceleración económica, el mercado laboral debe estar ajustándose vía precios y no tanto vía cantidades.