Las instituciones unifican su discurso y advierten de que la violencia vicaria se extiende
El manifiesto de Ayuntamiento de León, Diputación Provincial, Junta de Castilla y León, Subdelegación del Gobierno y Universidad de León fue consensuado y único: «Como sociedad, tenemos que saber reconocer las situaciones de violencia que se dan contra las mujeres, alzar la voz y denunciar los casos de los que se tengan conocimiento, ya que el silencio permite a los agresores gozar de una sensación de impunidad y seguir perpetrando dichos delitos», explicó el presidente de la Diputación, Eduardo Morán, en su calidad de anfitrión del acto que aglutinó a todas las personalidades.
José Antonio Diez leyó el nombre de las 37 mujeres asesinadas este año. «Ellas no pudieron decidir. La lacra que supone la violencia de género decidió por ellas». En datos del la Subdelegación, Faustino Sánchez fue explícito: «Una de cada dos mujeres ha sufrido violencia a lo largo de su vida por ser mujer. El 14,2% han sido víctimas de violencia física o sexual de alguna pareja en algún momento de su vida», señaló.
Según Ester Muñoz «se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el mero hecho de serlo, por considerar sus agresores que estas carecen de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión. Y no, tampoco es un problema exclusivo de las mujeres. Es un problema público que incumbe a toda la ciudadanía, hombres y mujeres, y, en especial a los servicios públicos, que debemos seguir trabajando para conseguir una sociedad sustentada en los valores de respeto, solidaridad e igualdad real».
Marín conminó a las instituciones a sumar sus fuerzas para conseguir mejores resultados: «Como agentes activos en la lucha contra todas las violencias que se perpetúan sobre las mujeres y menores, queremos aunar fuerzas en ella y posicionarnos, una vez más, a favor de las víctimas de la violencia machista y de todas las víctimas colaterales que esto conlleva, condenando la grave situación que suponen este tipo de violencias».
«Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. La posición neutral ayuda siempre al opresor, nunca a la víctima. El silencio estimula al verdugo, nunca al que sufre», parafraseó Morán a Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz, 1986. Con ello y un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas se cerró el acto.