El Gobierno no incluye vías leonesas en su nueva estrategia ferroviaria

León no figura en la relación de proyectos que el Ministerio de Transportes vincula a la nueva estrategia ferroviaria del país.

Se trata de un cambio de paso en la política de impulso de infraestructuras, que marcará las inversiones a corto y medio plazos, en un horizonte que alcanza el año 2026.

Hay 33 proyectos y estudios en trámite; que soportarán unas inversiones de 24.200 millones de euros «con una distribución equilibrada entre la alta velocidad y la red convencional, con especial atención a la mejora de cercanías y a los tráficos de mercancías», detalla el Gobierno entre la inspiración teórica del plan.

En la naturaleza de los proyectos que desde ayer están sometidos al escaparate de la información pública se atisba la táctica que relega a la alta velocidad en favor de la red convencional. Están referentes tan variados como la reordenación de la estación de Chamartín, los accesos a Bilbao Abando, la variante sur de Bilbao, el soterramiento de Torrelavega,a el soterramiento de Valladolid, la estación intermodal de Gijón, la estación de Orense, el proyecto del tren de altas prestaciones a Extremadura; hay pocos territorios en España que no se vean beneficiados o salpicados por alguna de estas treinta y tres acometidas que remozarán el tren en España en el próximo lustro; nuevos tramos en Andalucía, y especialmente una cadena de actuaciones vinculadas la fachada mediterránea, donde de solapan variantes, triples vías, autopistas en la comunidad Valenciana, engarces a los ramales del Cantábrico por el apéndice de Teruel y Zaragoza; la alta velocidad reserva espacios para Burgos y Vitoria. León no encuentra un resquicio en una planificación que atiende a criterios de sostenibilidad, según se aplica en el relato teórico que expone los motivos de la intervención. Prioridades para satisfacer las necesidades de movilidad futura y la consecución de un espacio ferroviario único europeo.

Una vez que se apruebe, anuncia el Gobierno,m los administradores de infraestructuras, de Adif y Adif Alta Velocidad, serán los encargados de implementar los proyectos a través de los programas de actividad.

Ninguna de las ideas troncales de esta estrategia llega a tiempo para incluir a León en el reparto; ni para reorientar las prioridades inversoras con mayor equilibrio entre las inversiones de alta velocidad y las actuaciones más aproximadas a la movilidad cotidiana, las mercancías y el mantenimiento de la red ya existente; ni para ampliar el carácter continuista de las inversiones realizadas en torno a la alta velocidad. León tiene pendientes actuaciones en la doble vía de la plataforma de la alta velocidad; además de algunas cuentas cronificadas en la red convencional, abandonada después de que hace veinte años se decidió acometer la entrada a Galicia por otro territorio.

La reforma ferroviaria tiene asegurado el respaldo financiero asegurado, al estar incluida en el plan de recuperación, de acuerdo con la nueva orientación de las inversiones del Ministerio de Transportes, programadas para «las componentes 1 y 6 del plan de resiliencia. Los fondos Next Generation de la UE van a aportar a este flanco 6.667 millones de euros, que tampoco llegarán a León, con infraestructuras pendientes de intervención desde hace años.

Los próximos hitos ferroviarios que se prevén en el calendario de estreno de las infraestructuras españolas serán las últimas aportaciones de un concepto liquidado en el desarrollo estructural del país. La red convencional ya toma posiciones en las nuevas prioridades inversoras, para esas redes sostenibles con trenes cercanos y europeos; allí, tampoco está León.