Diario de León

La inflación dobla la previsión del Gobierno que pide que el incremento no se refleje en los salarios

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El fin de las rebajas, con la consiguiente subida de vestido y calzado, y el alza experimentada por hoteles y restaurantes y alimentos son la clave del incremento. El Ejecutivo, por medio del secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, mostró su sorpresa ante el dato negativo, pero aseguró que en primavera del año próximo los precios estarán en el entorno del 3%, por lo que pidió que la subida no se refleje en los salarios. La subida de precios de octubre ha dado una sorpresa al Gobierno. Así lo admitió el secretario de Estado de Economía, quien, a pesar de que la tasa dobla la previsión del Ejecutivo para todo el año, hizo un llamamiento a los agentes sociales para que el alza no se tenga en cuenta a la hora de fijar márgenes y salarios en la negociación colectiva y para que se supriman las cláusulas de revisión de los convenios, con el fin de no perjudicar la competitividad, el crecimiento de la economía y la creación de empleo. Reconoció que los datos del IPC de octubre son «claramente negativos», no sólo por el 4% de tasa interanual, sino también por la aceleración de la inflación subyacente, destacando el peor comportamiento de la energía y las «sorpresas negativas» de los precios de alimentos no elaborados y vestido y calzado, advirtiendo que sobre estos últimos productos conviene reflexionar respecto a si la normativa de distribución comercial de las distintas comunidades autónomas afectan a sus precios. De Guindos argumentó que es lógico que España mantenga un diferencial de inflación con la media europea, pero para que ese diferencial sea «benigno» no debe superar el punto (actualmente está en 1,8 puntos según las previsiones de Eurostat). También aseguró que en la primavera de 2003 el IPC estará en el entorno del 3% «o incluso por debajo», gracias al buen comportamiento de las telecomunicaciones en noviembre y a la ausencia del efecto de la subida de los impuestos indirectos y del redondeo del euro en los primeros meses de 2003. Por su parte, el vicepresidente primero y portavoz del Gobierno, Mariano Rajoy, reconoció que «el dato no es bueno» y que es el momento de mantener la política gubernamental de control del déficit y equilibrio presupuestario. Explicó que la situación a nivel mundial «no es la mejor» por lo que incidió en «mantener la política presupuestaria del déficit cero». El vicepresidente citó la crisis en Estados Unidos, Japón y Europa --«las zonas que tradicionalmente han tirado de la economía mundial»-- y confió en que próximamente «se despejen algunas incertidumbres» respecto a la situación de Irak, uno de los grandes productores de petróleo.

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