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El juicio contra el acusado de atentar contra 16 leoneses queda visto para sentencia

Piden 13 años de cárcel para el autor de las cajas explosivas

La sección segunda de la Audiencia Provincial de León dejó visto para sentencia el juicio a José Manuel F. M., que durante la vista se declaró autor de los deno

El acusado por la fabricación y envío de cajetillas artefacto fue juzgado ayer en la Audiencia

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León

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Los hechos considerados delitos por fabricación y tenencia de aparatos explosivos, de armas prohibidas y faltas de lesiones consumadas por los que fue juzgado ayer José Manuel F. M. se localizan el pasado mes de enero. El acusado se reconoció ante el tribunal de la Audiencia Provincial de León como el autor de la fabricación de diecisiete artefactos caseros, armados a partir de una caja metálica de cigarrillos, un alfiler, un muelle, un pistón y unos gramos de fósforo procedente de cerillas, que envió a distintos vecinos de la capital leonesa. Cinco de esos artilugios explotaron y causaron lesiones de distinta consideración en manos y cara al ser abiertos por sus destinatarios. Además de realizar dos mecanismos de percusión y disparo, denominados dispositivos multicañón. Por estas cuestiones el fiscal pide siete, dos y cuatro años y seis meses de prisión, respectivamente, además de arrestos de fines de semana como pena por las faltas de lesiones consumadas e intentadas, hurto y daños; además de indemnizar a las personas afectadas por las explosiones. El acusado relató durante el juicio las condiciones de vida que llevó desde que salió de prisión, en 1997, en la que cumplió pena por un delito de parricidio desde 1989. A las preguntas del ministerio fiscal, puntualizó sobre el efecto de los denominados artefactos explosivos: «Explosión, no; inflamación, sí», dijo antes de relatar la función de los pistones que contenían las cajetillas. En el trascurso de la vista judicial, José Manuel F. M. no eludió aportar explicaciones concretas sobre los motivos que le llevaron a enviar las cajetillas a la lista de dieciséis destinatarios, entre los que se encontraba el domicilio en el que vive su madre. «Nunca tuve intención de hacer daño, porque hacer daño es fácil, no lo hice con el propósito de ajustar cuentas, sino para que cesara la presión contra mí», puntualizó el acusado, del que el forense asignado al juzgado de instrucción número dos de León dice que padece un trastorno paranoide de la personalidad para el que no existen tratamientos efectivos de cura. El fiscal expuso la consideración de que cuanto antes salga en libertad, el ayer juzgado puede volver a delinquir contra las personas que considere. Que su trastorno paranoide no sea eximente, pidió.