La urbanización Monteleón ofrece a sus vecinos los mejores servicios
Un paraíso en el monte de León
La urbanización Monteleón vigila las casas de toda la ciudad. Comenzó a construirse hace diez años, aunque realmente fue hace cinco cuando sus instalaciones empezaron a caracte
Julián Bayón recibe una llamada al teléfono móvil. Está tomando un café en la cafetería de la urbanización de Monteleón. Contesta. «Oye, tiene que quedar bien... No se puede dejar una chapuza, ¡eh!... Bueno, espera que voy yo a verlo ahora, que tiene que quedar bien». Cuelga. En quince minutos se encuentra la pista de tenis ubicada en las instalaciones deportivas de la urbanización. Supervisando, como vecino, como socio y como presidente de la junta directiva de la Asociación Cultural, Recreativa y Medio ambiente Monteleón que todo esté perfecto para que los socios de ésta puedan disfrutarlo. Y es que a Julián, como dice el dicho, le quedan dos días como presidente de dicha organización. El 27 de noviembre se celebra una junta para elegir a los nuevos directivos de ésta. Pero Julián lo afronta con la seguridad que deja el haber dejado detrás de sí un trabajo bien hecho. Las reformas acometidas en la parte en la que antes estaba ubicada la casa de Rodríguez Pandiella, anterior propietario de los 150.000 metros cuadrados en los hoy se levantan los 160 chalés que conforman esta urbanización, le avalan. La Junta directiva anterior a la suya fue la encargada de hacer la piscina y de rehabilitar la zona cubierta del local de la cafetería y los salones de reunión. A partir del 2000, cuando él tomó las riendas lo hizo con un propósito claro, el de «promover lugares y actividades deportivas, lúdicas, recreativas y culturales que fomenten la unión entre los vecinos de Monteleón». Así que Julián Bayón se puso manos a la obra para rehabilitar la bodega, construir la pista de padel, de tenis, ajardinar la zona, acondicionar un gimnasio sobre la cafetería, acondicionar la torre y preparar una sauna. Todo ello, una vez terminado y en funcionamiento, ha conseguido acercar Monteleón a ese fin que Julián Bayón quería, que no fuera una urbanización dormitorio. Y es que 134 vecinos de ésta, casi un 80%, están inscritos en dicha organización. La cuota es de 3.600 euros y, en ella, no sólo va incluido el disfrute de estas instalaciones, sino que también, los socios, pueden disfrutar de clases de aeróbic, gimnasia rítmica, yoga, tai-chi, inglés, masaje o natación. Actividades que demuestran que el actual Monteleón está muy alejado de la imagen que hace unos años saltó a los medios de comunicación por diversos problemas «que están de sobre superados». Julián Bayón entonces deja su puesto con orgullo y un deseo, «espero que la próxima Junta climatice la piscina para poder usarla en invierno»