Diario de León

El juicio contra el constructor Luis González volvió a aplazarse, para que el fiscal califique los hechos

Los afectados piden vía penal para el derribo en la calle Herreros

El juzgado de instrucción número cuatro de León aplazó el juicio por amenazas del constructor Luis González contra los propietarios de una

En constructor Luis González asistió ayer al juzgado de instrucción número cuatro de León

En constructor Luis González asistió ayer al juzgado de instrucción número cuatro de León

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El juicio de faltas, relacionado con la denuncia por amenazas contra el constructor Luis González por parte de los propietarios de una vivienda derruida en el barrio Húmedo, acabó ayer en otro aplazamiento, esta vez a petición de la defensa de los afectados, que declaró ante el juez la consideración de los hechos como un delito amenazas y de daños consumados. Por esa razón, el juzgado de instrucción número cuatro de León informará del asunto a la fiscalía para que califique los hechos que se trasladarán a la vía penal. Será, entonces, un juzgado de lo penal el encargado del caso que salió a la luz pública después de los sucesos acaecidos en la tarde del 19 de agosto de este año. En esa fecha, Rubén Óscar Gamundi y Araceli Díaz, habitantes de una vivienda situada en el número 3 de la calle Herreros, denunciaron en comisaría que el constructor Luis González acudió a su casa y los amenazó de muerte. «Tengo medios para quemarles la casa con ustedes dentro», según consta en la denuncia presentada a la Policía Nacional. Rubén Gamundi relata así la conversación con la Policía: «Les dije que nos había amenazado con quemarnos vivos en la casa; y me contestaron que esas eran cosas que se decían así en caliente. Cuando regresamos, después de que la pared exterior de la casa se viniera abajo, nos preguntaron en Comisaría: ¿qué, la quemó?. No la tiró», respondimos. La pared del número 3 de la calle Herreros, en el casco histórico de la capital leonesa, se vino abajo por los daños causados por el derribo del edificio anexo. El promotor de la obra, Luis González, serró con una motosierra las vigas que sostenían el edificio, según declararon varios testigos presenciales. Antes de estos hechos del día 19 de agosto, los técnicos municipales y el concejal de Patrimonio, Alejandro Valderas, habían ordenado la paralización de las obras. El discurso de los acontecimientos acabó en la vía judicial con un aplazamiento previo al sucedido ayer, el día 25 de septiembre, por encontrarse el acusado de amenazas, Luis González, en un viaje por oriente. La defensa del constructor, en contra de la consideración mostrada por los afectados por el derribo de la vivienda, manifiesta que los hechos han de catalogarse de falta. Luis González afirmó, el pasado mes de agosto, que tenía todas las licencias en regla para proceder a la demolición y que la caída de la pared en el edificio lindante fue «un puro accidente». González también negó que hubiera amenazado en ningún momento a los vecinos de la casa derruida.

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