Empresas
Zendal supedita «al plan estratégico las acciones a tomar» en Ovejero
La empresa gallega asegura que el laboratorio leonés no ha entrado en concurso, pero reconoce que su situación financiera «no es buena»
Medio año después de que el grupo Zendal anunciara la compra de Laboratorios Ovejero, tras varias jornadas de huelga y la mediación de la Junta, la situación económica de la empresa leonesa sigue siendo preocupante. Todavía no ha despejado del horizonte los nubarrones de una posible liquidación por las deudas que arrastra a pesar de que esquiva, de momento, el concurso de acreedores. Está en la fase previa, la de preconcurso, que acaba de prorrogarse en busca de una solución a esos problemas de liquidez, enquistados desde hace años.
La llegada de la compañía gallega, dedicada al sector biofarmacéutico, tranquilizó a la plantilla tras alcanzar un acuerdo que garantizaba la continuidad de todos los trabajadores y de la unidad de producción, pero hasta el mes de septiembre no se ejecutó la compra, según asegura la propia empresa. «En este momento estamos diseñando el plan de viabilidad. Para Zendal, Ovejero es una pieza clave de nuestro plan estratégico y es por ello que decidimos en su momento proceder a la compra», apuntan desde la nueva propiedad a través de un correo en respuesta a las preguntas planteadas por Diario de León.
«A fecha de hoy —9 de diciembre— seguimos en situación de preconcurso pero no se ha presentado concurso de acreedores», explica el grupo Zendal, que supedita las «acciones a tomar» a las «conclusiones» que se deriven de ese plan de viabilidad que, según revelan, ya se está «diseñando». Respecto a un posible incumplimiento del pacto sobre el empleo alcanzado con los sindicatos UGT y CC OO, la empresa con sede en O Porriño insiste en que «Ovejero es importante para el grupo Zendal, pero a nadie se le escapa que su situación financiera no era buena», contestan. Añaden también que están contratando personal «de cara a reforzar la plantilla para llevar a cabo nuestro plan de crecimiento», aunque no aclaran si han prescindido de trabajadores a los que se les acabó el contrato.
A la espera
Todavía no se han resuelto los problemas económicos de la compañía leonesa
La representación laboral, por ahora, no ha hecho una denuncia pública al respecto, aunque hay cierta intranquilidad en la planta biotecnológica leonesa, de la que dependen hasta 200 personas en la provincia, ochenta de forma directa. No ha trascendido ningún avance desde el verano. De poco sirvió que a principios de junio se diera por cerrada la operación después de que el comité de empresa y Zendal llegaran a un acuerdo que puso fin a 22 días de huelga y protestas en la calle, con Juan Pablo Ovejero, anterior propietario, en el centro de la diana después de que sacara de la ecuación, sin previo aviso, al grupo Labiana, que ya había adelantado, según revelaron los propios sindicatos, dos millones de euros para hacerse con el laboratorio, uno de los buques insignias, en tiempos pretéritos, del sector biotecnológico leonés, dedicado desde hace más de setenta años a la inmunoterapia de salud animal.
Para Zendal esa «experiencia y el amplio portafolio de productos veterinarios» de Ovejero eran avales suficientes para firmar la adquisición de la fábrica. La justificaron porque con la aparición de la pandemia tuvieron que «adaptar» algunas de sus plantas de producción de vacunas veterinarias para destinarlas a la fabricación de antígenos contra el Sars-coV-2. «Por ello la incorporación de Ovejero se considera beneficiosa para ambas partes ya que permitirá aumentar la actividad y los proyectos biotecnológicos del grupo al sector de la salud animal», subrayaban en la nota de prensa enviada a los medios el 3 de junio de este año para anunciar la compra.
Incertidumbre
La plantilla sigue pendiente de un impulso a la actividad del histórico laboratorio leonés
Zendal dispone actualmente de tres complejos industriales para la producción de vacunas, dos de ellos situados en Pontevedra y uno en Paredes de Coura —norte de Portugal—, además del de León, que todavía no ha notado esos incrementos de actividad que se prometieron al principio.
Todo parece depender ahora de ese plan de viabilidad y de los acuerdos que puedan derivarse del preconcurso, que implica una propuesta anticipada de convenio y la refinanciación de la deuda, siempre que lo acepten los acreedores. La insolvencia de Ovejero es un hecho, como la incertidumbre que acecha a los trabajadores, que tras prácticamente un año sin cobrar ven ahora como Zendal todavía no ha tomado decisiones de calado, a la espera de esas «conclusiones» que se sacarán del plan estratégico. La última junta de accionistas del laboratorio leonés se convocó el pasado 16 de noviembre y se celebrará en diciembre. La firma Juan Pablo Ovejero Zavagli, «secretario del consejo de administración».