Los hosteleros encaran la Nochevieja con caídas del 40% y «mucho género parado»

Los hosteleros afrontan la última semana del año con incertidumbre. El consumo ha caído al mismo ritmo que aumentan los contagios y la Nochevieja ya no va a ser la panacea que todos esperaban. Las previsiones son malas, sobre todo para el sector del ocio nocturno, el que más ha sufrido desde el inicio de la pandemia. Su portavoz en León, Antonio Gómez, reconoce que los ánimos están bajos, a pesar de que, por ahora, no hay restricciones, más allá de los controles de aforo y la mascarilla.

«El último fin de semana ha sido terrible y en el anterior tuvimos una caída del 40 por ciento en comparación con otros años», explica. Cree que la «gente tiene miedo» y que otra vez han puesto a la hostelería en «el ojo del huracán», a pesar de que —subraya— «cumplimos todas las medidas y muchos hemos hecho una inversión importante en el tema de la ventilación y los filtros de aire, pero eso nadie lo ve ni lo tiene en cuenta», lamenta.

Considera que «la cancelación del 80 por ciento de las cenas de empresa» ha influido en esa desplome de la actividad «porque nos retroalimentamos» y asegura que los cotillones van por el mismo camino. «Los compañeros que venden las entradas para Nochevieja comentan que se están devolviendo muchas y en los locales que no habían completado el aforo están notando un parón», revela Antonio Gómez, quien añade otro contratiempo más a la larga lista: el estocaje.

«A primeros de mes tuvimos problemas con el suministro de ciertos productos y nos abastecimos con un estocaje brutal porque preveíamos que íbamos a tener unas buenas navidades. Los negocios han adelantado el dinero y hay mucho género parado», señala el representante de la asociación provincial de hostelería, quien cree que en todo este tiempo se podía haber hecho algo más para evitar llegar a este punto.

«La solución no es fácil pero a nosotros nos hubiera gustado que se implantara el pasaporte covid. Al menos sería un aliciente para que se vacunen los que todavía no lo han hecho. De ahí viene la saturación en los hospitales», advierte. Aclara al respecto que muchos compañeros ya se han quedado por el camino porque no han sido capaces de hacer frente a los gastos cuando apenas facturaban. «Somos un sector en el que está todo sobredimensionado, desde los alquileres que pagamos hasta las plantillas. A principios de mes se contrató a personal de sobra porque pensábamos que las cosas iban a continuar como en el puente de diciembre y ahora hay un exceso de trabajadores», avisa. Sostiene que «muchos contratos no los están renovando» y que, incluso, en algunos casos se opta por el despido. «Es muy complicado para nosotros estar todo el día metiendo y sacando gente. El año ha sido duro y los últimos meses parecía que las cosas mejoraban, pero el aumento de los contagios, aunque no se traslade a la presión hospitalaria, ha vuelto a generar alarma y, en cierto modo, es normal», justifica. No contempla nuevas restricciones para los últimos días del año ni para el fin de semana de Nochevieja, pero asume que «va a haber un bajón importante en relación a 2019. No va a ser ni parecida a la de otros años», concluye.