Un dinero destinado al desarrollo y a paliar el Sida
«Es una pena que te acusen de vender la ropa recogida y utilizarla en propio beneficio o que digan que Humana es un secta» asegura el delegado y voluntario en Mozambique, Damián Fernández. «Lo que realmente me apena el alma y el corazón con cosas como esta», el director de Humana, Erik Dorph, señala un titular de un periódico. Dice que 42 millones de personas tienen Sida en el mundo. Treinta de ellas viven en África. «Muchas ni siquiera saben de dónde viene el contagio. Cuando yo como voluntario dentro del programa TCE -comenta Damián Fernández- en Mozambique estaban seguros que el virus los inyectaban los sudafricanos en las naranjas que exportan». También se dice que un hombre puede curarse si mantiene relaciones sexuales con una virgen, entonces el índice de adolescentes violadas es increíble y todo porque condiciones de subdesarrollo que se viven en África. Para paliar el desconocimiento e impulsar la creación de trabajo lucha Humana desde hace 30 años. Desde que en Dinamarca sentó cátedra para abandonar el sillón y actuar en favor del tercer mundo. En España su solidaridad cumple 15 años «por eso es una pena que inventen bulos como el de que vendemos ropa para sacar beneficios propios. Un pena».