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PATRIMONIO EN RUINA: DEBATE EN LA RED

La mayor cruzada de Don Gutierre

El desplome en el palacio de Don Gutierre ha provocado un intenso debate social que se ha reflejado en el abundante número de comentarios recibidos en la web diariodeleon.com. Al cierre de esta edición había

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León

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El debate suscitado después de que el cuerpo interior del palacio de Don Gutierre se derrumbara apunta en una dirección muy poco alentadora para los responsables de la conservación del patrimonio histórico y cultural de toda la provincia, no sólo de la ciudad. Muchos de los comentarios recibidos desde la pasada semana reprueban la confusión que originó el concejal de Urbanismo, Cecilio Vallejo, cuando culpó a la Junta de retrasar el proceso burocrático para aplicar el plan de restauración que el edil había anunciado nueve meses atrás. El departamento de Patrimonio de la Administración autonómica replicó al día siguiente que ese proyecto no había llegado a sus manos. «Ahora se derrumba (ja,ja,ja) el palacio de don Gutierre. ¿Seguidamente será el del Conde Luna? Eso en León se llama accidente, en otro lugar les costaría un poco más caro», dice uno de las docenas de mensajes recibidos en la web de este periódico. «Vaya por donde. Hace unos días teníamos el mejor casco histórico del viejo continente y ahora se nos caen las casas a pedazos. Ahora, en Ordoño II llegan las carreras: que si la culpa es de la Junta, que si la culpa es del Ayuntamiento. Al final, como siempre, la culpa será para el maestro armero. Tampoco entiendo tanta preocupación si toda la provincia está derrumbada y nadie se preocupa. Porque se caiga una parte más no vamos ahora a hacer un drama. Yo creo que la culpa ha sido de los rayos gama al contactar con las alas de una mariposa en Castilla». Es parte del comentario de Pelayo. Muchos de los participantes en el debate mencionan el premio otorgado al Ayuntamiento de León por parte del Consejo Europeo de Urbanismo en la categoría de Diseño Urbano y Dominio Público. Esta distinción viene a reconocer el esfuerzo realizado por el Ayuntamiento en el casco viejo de León durante su proceso de recuperación. No son pocos los que consideran que tal reconocimiento debería comprometer aún más a los gestores municipales. «Creo que a veces la realidad supera cualquier película. Las contradicciones del mundo de la política son tales que sólo hay que ver lo que ha ocurrido en León en menos de tres semanas. Primero, un premio en París por los planes para la rehabilitación del casco histórico. Después, la confirmación del premio: la caída de uno de los edificios más significativos que componen el casco viejo de la ciudad de León. Si es merecido el premio o no es algo que deben juzgar todos los leoneses. De momento, el edificio ya está mucho peor de lo que se encontraba, en el suelo, derruido. Ahora, que los premios sirvan para dar marcha atrás y hacer todo lo que no se hizo antes. Después del desastre siempre vienen las prisas. A ver qué ocurre ahora, todavía quedan edificios por rehabilitar. ¿Será necesario esperar hasta que se caigan? El siguiente comentario fue reproducido en parte la pasada semana. Ahora se reproduce íntegramente: «La política de las instituciones para conservar el patrimonio de León y en concreto el de la capital no merece ese nombre. Su denominación correcta es la especulación. El palacio de Don Gutierre, que sucumbió a la desidia, fue desalojado hace varios años y la misma empresa que lo adquirió no hizo nada. Luego se lo coloca al Ayuntamiento en uno de los convenios de enajenación de suelo público a que nos tiene acostumbrados la Concejalía de Urbanismo -¿cuántas viviendas sociales se han hecho en León con suelo municipal?- y que ya han beneficiado a otras empresas privadas como la ex dueña de la casona de Puerta Castillo donde los restos de la Legio VI se deshacen en silencio y a puerta cerrada. El patrimonio es una maría de la política en León y siempre está supeditado a los intereses de urbanismo. Sin embargo, es nuestra principal riqueza. No nos engañemos con fantasmadas de escuelas pilotadas, fábricas de conservantes y etcétera, etcétera. Lo que se ha recuperado del casco antiguo -felicidades por el premio, señor Vallejo- es para millonarios -viviendas-». Carmen, de León, titula su escrito A los hechos me remito. «No sé exactamente si la hay, si es la mejor o la peor, pero si se da una vuelta por el León antiguo, se comprueba que todo sigue igual, o como es normal, cada vez un poco peor. El tiempo no perdona. Por ejemplo, torre de la muralla en el Obispado, torre Conde Luna, las casonas de la plaza de las Omañas, etcétera. Lo único que ha cambiado es donde la especulacion de viviendas esta implantada». Nadia, de La Bañeza, dice que «vaya pregunta» se plantea en la página de Internet. «Incluso los dos edificios más significativos de León (la Catedral y San Isidoro) están sufriendo la ineficacia de los políticos. Antes del verano, este mismo periódico comunicó que se comenzarían a restaurar las vidrieras de la Catedral y la torre de San Isidoro, y al final, ¿qué ha pasado? Todo sigue igual. Los andamios están puestos en San Isidoro pero no han comenzado las obras, y en la Catedral, ni eso. Se nos comunican las promesas de los políticos, pero no si luego se llevan a cabo». Alberto, también de La Bañeza, dice: «Para muestra, un botón: la iglesia de Destriana, cuya espadaña está rajada desde hace la tira de tiempo, no se ha arreglado todavía. El Ayuntamiento espera que los presupuestos de la Junta para el 2003 incluyan la restauración. Pero sólo eso, espera. Y, así, se nos pasa la vida por aquí, esperando, esperando y esperando para que al final suceda lo de siempre: nada». J. Aguilera, desde Chile, considera que «de verdad que es una pena ver la falta de aprecio hacia la cultura. Aquí, en Chile, es generalizado, lo cual hace ver lo del derrumbe del palacio de Don Gutierre como una anécdota. Todos los años en mi país se destruye arte precolombino, se destruyen, por amor al fisco, verdaderas reliquias arquitectónicas, por lo cual creo que al final de cuentas nos quedaremos sólo con el palacio de la Moneda. Luchen por la historia y por lo que tienen, es una cosa de identidad y de sentirse orgullosos con su provincia». «El patrimonio está muy bién tratado -opina José Luis-. Edificio que se cayó ni es patrimonio ni es nada. En todas las ciudades del mundo pasa lo mismo. Cuesta muchísimo dinero mantener edificios sin ningún valor que sólo sirven para que vivan del cuento unos cuantos. Si se hubiera caído del todo y se hiciera algo nuevo nos ahorraría mucho dinero a todos». Galileo Galilei envía su comentario desde Pozuelo. «Se ha caído un edificio histórico y es una gran pena: la desidia siempre se paga... Pero hay algo más que se puede echar de menos: la falta de una programación y una planificación de la ciudad de León, que no ha querido o no ha sabido crear un estilo arquitectónico propio, más de acorde con su tradición constructiva histórica. ¿Por qué el Ayuntamiento de León no ha «obligado» o incentivado económicamente a los constructores e inmobiliarias a mantener uno de estos tres estilos (gótico, plateresco y gaudiano) adaptados a la modernidad, en las edificaciones nuevas?». Canseco tiene una visión totalmente clara respecto

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