El mal estado de los edificios y el fenómeno de la infravivienda afectan al Barrio Húmedo PATRIMONIO EN RUINA
La zona antigua de León perdió un cuarto de población desde el año 88
La capital leonesa cuenta con un casco antiguo afectado por la amenaza de derrumbes y una despoblación galopante, que afecta a más de
Imagen de una calle del casco antiguo, zona afectada por la despoblación y edificios ruinosos
Los últimos doce años han sido de sangría inacabable en el registro de la población del casco antiguo de León, que se ha visto afectado por la pérdida de casi un veinticinco por ciento de los habitantes que residían en la zona a comienzos de la década de los noventa. La pérdida de vecinos se une a los problemas urbanísticos que existen dentro del recinto histórico de la capital de la provincia de León, con más de la mitad de los edificios en mal estado o ruinoso. Frente a este registro negativo está el de que un treinta por ciento de los inmuebles del Barrio Húmedo presentan una estructura de construcción en buen estado. El Ayuntamiento de León pretende impulsar la mejora del primer grupo a través de incentivos y ayudas económicas directas para arreglar las viviendas después de una docena de años con políticas de impulso a la rehabilitación material y humana de los barrios del casco antiguo. Un estudio realizado por la Universidad de León aportó la última radiografía certera sobre el mal endémico del Barrio Húmedo: el alto porcentaje de edificios y viviendas defectuosas incide en el grado de habitabilidad. Incluso, se detectaron características sociales y estructurales de algunos inmuebles con detalles de infravivienda, edificios en los que viven personas pertenecientes a grupos marginales de población. Esas viviendas no presentan condiciones mínimas exigibles para estar habitadas. Los principales núcleos en los que se detectó este tipo de viviendas confluyen en las calles de Santa Cruz, Puerta Moneda, Herreros, San Francisco y Tarifa. No superan, por norma general, los sesenta metros cuadrados y en algunos casos registran hasta siete personas residentes en régimen de alquiler. El análisis apuntó a otras características que diferencian al casco antiguo de León de otras zonas de la capital: el ruido asociado a los locales de ambiente nocturno, la suciedad, malos olores por el alcantarillado, problemas con la circulación restringida de vehículos, pobreza y grupos marginales, presencia de toxicómanos. El casco antiguo leonés sufre desde hace años una degeneración que se ha visto ahora avivada por los derrumbes de edificios.