El obispo ensalza el patrimonio de la Catedral en el pregón de Navidad y evoca sus recuerdos

Cuando apenas tenía cuatro años, en una vieja casa de labradores de Toro, en la cocina de leña, vio una mañana una tajuela con figuritas de barro de un Niño Jesús en su cuna, la Virgen, San José, el buey y la mula; además de los Reyes Magos y un pastorcito entre el musgo que llenaba todo el banquillo de madera. Se trata del primer nacimiento que Julián López recuerda haber visto en su vida y el primero también que hubo en su hogar, al que posteriormente fueron incorporándose nuevas figuras. Él mismo ponía el belén y salía al campo a recoger el musgo. «Era lo primero que hacía al volver a casa desde el seminario para las vacaciones de Navidad». El obispo de León evocó ayer sus primeros recuerdos de estas fechas en las primeras palabras del pregón navideño que pronunció en los Franciscanos, invitado por la Asociación Belenista Leonesa. Además, Julián López repasó en sus palabras el significado de la Navidad, ejemplarizándolo a través de diversas manifestaciones que el misterio tiene en León. Aseguró que «la Navidad, misterio de Dios hecho hombre, en el fondo es el misterio del hombre mismo en su verdad y en su dignidad, en su grandeza y en su limitación». Igualmente, añadió que «el Niño Jesús -fue niño porque no podía ser al mismo tiempo niño y niña- revela al hombre el misterio del propio hombre». López invitó a los presentes a recorrer la Catedral para contemplar representaciones «espléndidas» de la Navidad, «bien concretas». Subrayó, entre las paradas obligatorias, el tímpano con los relieves de la Visitación, la Natividad, el sueño de San José, la adoración de los pastores, la visita de Herodes por los Magos, la adoración de éstos, la huída a Egipto y la matanza de los Inocentes. Recomendó también el trascoro para ver los relieves de Lucas Jordán con escenas del misterio y la capilla del Nacimiento. Asimismo, destacó como testimonios de la Navidad los nacimientos, las pastoradas y los autos de Navidad y de Reyes. Precisamente, recordó al sacerdote leonés Víctor Lozano y los autos que él ha recopilado durante años. Al finalizar, en la parte del pregón, aludió a uno denominado Calenda, una pieza literaria que anuncia el Nacimiento de Jesús en la mañana de Navidad. Terminó sus palabras con la felicitación sincera a todos los leoneses.