Nacimiento en Nochebuena

Historias como la de la Natalia ha sufragado guiones cinematográficos de parrilla de sobremesa, de esos que se ajustan a las fechas festivas que celebra el mundo occidental y católico: una mujer parturienta, un hombre que corre en busca de ayuda, un coche que, de medio de transporte se convierte en lugar de paritorio, registra el alumbramiento de un bebé. El caso de Natalia es real. Ayer cumplió veinticinco años; veinticinco inviernos desde aquella noche agitada para su padres, un matrimonio recién regresado de la emigración, de vuelta de Francia, que trató de resolver la llegada al mundo del tercero de sus cuatro hijos, a pesar de encontrar los elementos en contra. La noche agitada, de nervios y prisas de la familia de Natalia, acabó en nochebuena especial. No sin una cadena de obstáculos, entendibles en el contexto del León de finales de los setenta. El padre de Natalia, ante los síntomas de parto de su esposa, salió en busca de una ambulancia que trasladara a su mujer a un centro hospitalario de León. En la vivienda que ocupaba el matrimonio y sus dos hijos mayores (una familia de emigrantes españoles retornada desde Francia) ubicada en el las cercanías del barrio del Crucero de la capital leonesa, no había teléfono; en las calles del entorno, ni un alma. La búsqueda de un medio de transporte sanitario no fructificó: «El único ser que encontró mi padre en las inmediaciones de mi casa fue un trabajador de la antigua fábrica de la azucarera de León, que le aconsejó que desistiera en encontrar una ambulancia y recurriera al servicio de taxi, en una parada cercana». Natalia celebró ayer 25 años de una vida que partió de una cadena de coincidencias, relacionada entre fechas navideñas. 25 años el 25 de diciembre. «Lo celebramos en Navidad». La excepcionalidad que cuenta esta joven leonesa se explica por otras coincidencias, otros fenómenos que aún marcan la vida cotidiana de miles leoneses, y han pasado dos décadas y media. «Resulta que después de encontrar a un taxi en la madrugada de la Nochebuena e ir a recoger a mi madre, en avanzado estado de gestación y a punto de dar a luz, el paso a nivel del Crucero estaba cerrado», relata ahora aquel bebé que nació camino de la Virgen Blanca, en el asiento de un taxi que trató de sortear, sin éxito, un sinfín de obstáculos. La vida de Natalia comenzó en un taxi que hizo las veces de ambulancia, detenido a la altura de la cuesta de los hospitales, en la Nochebuena de 1977; de guión de película navideña basado en una historia real.