El método que agobió a Alejo

Alejo echará de menos sus largas intervenciones en el Pleno cuando ocupe un escaño en el Senado -destino que ya le otorgan en los mentideros políticos-, porque allí no podrá explicarse con tanta minuciosidad. Sus compañeros de Corporación quizá también y es que ya es costumbre que el alcalde le mire de reojo para rogarle que acorte su intervención o, más bien, para que acabe. Y así volvió a ocurrir ayer, cuando el portavoz socialista hablaba o, más bien, divagaba sobre política de vivienda. «Ya corto, no quiere que siga...», replicó a Amilivia totalmente resignado. Vallejo no pudo menos y le soltó otra directa sobre sus intervenciones. «Habla entre 20 y 30 minutos si está de acuerdo con el asunto, así que si va a votar en contra nos da tiempo a fumar dos cigarrillos en el pasillo...». Ayer, realmente, los partidos estuvieron de acuerdo en prácticamente todos los puntos, pero el Método Ollen-Dorf fue el protagonista de la sesión a juicio del alcalde. Me explico. Según Amilivia, este método sostiene que independientemente de lo que se debata, se dice lo que conviene en ese momento. Y así fue como justificó las críticas a intervenciones socialistas en varios temas del Pleno. También sacó a colación que el PSOE en su programa no apostaba por un parque empresarial para los terrenos de Biomédica, aunque ya le replicó Alejo: «De sabios es rectificar o, ¿es qué usted nunca se equivoca? También cambian de criterio, como en el mercado del Conde». A lo que el alcalde contestó -ni corto ni perezoso- que efectivamente no, él nunca se equivoca. «¿No? ¡Qué barbaridad! ¡Así nos va», contestó el socialista. La cosa no quedó ahí, porque el alcalde aún tuvo tiempo para agradecerle con sarcasmo sus lecciones y la aplicación del Método Ollen-Dorf. Rodríguez de Francisco, raudo y veloz, pretendió mediar en la discusión y quizá la estropeó más. «Están todos ustedes muy nerviosos en un debate que se enmarca en un claro preelectoralismo. Discuten lo que van aprobar y sacan todos los temas a colación». También los socialistas ayer pidieron -en un deseo navideño a los Reyes Mayos- que cambiara el equipo de gobierno de la ciudad. «El PSOE lo hará mejor, es un buen deseo», dijo la concejala Inmaculada Larrauri. Anhelo al que se sumó en varias ocasiones Alejo. La consejera de Economía, además, fue ayer protagonista en el Pleno. El portavoz de la UPL -gran amigo de Isabel Carrasco como todos ustedes saben- afirmó que ella estaba en contra de que León tuviera un parque tecnológico. «Es esa extraña connivencia entre las dos torres gemelas de Valladolid». En ese momento, el alcalde no pudo reprimir una carcajada que intentó disimular tras un folio. No obstante, en un arrebato de espíritu navideño De Francisco confesó estar dispuesto a haberla besado, si hubiera impulsado la llegada a León de la fábrica de componentes del Airbus. El único punto que propició la unión de PSOE y UPL fue la crítica a la revista municipal. «Parece del PP y del alcalde, una pastilla de adoración». De Francisco incluso añadió: «Es tan impresentable que yo le ruego a usted mismo (a Amilivia) que la secuestre».