Los jueces «deben ser escrupulosos con sus argumentos» al enjuciar casos de violencia doméstica
Se impone mayor sensibilidad con las víctimas, olvidadas por el proceso penal en el siglo XX
Lo que sí es cierto es que los jueces debemos tener en cuenta también el criterio de la sociedad. -La Iglesia corrigió a la Justicia denegándole el permiso para un matrimonio canónico. -Creo que son dos cosas absolutamente diferentes. La resolución adoptada por el juez, cabe, es una resolución acorde a la ley y otro tema es la relación de este ciudadano con la Iglesia. -¿Y las víctimas? -Las víctimas han sido las olvidadas y abandonadas por el proceso penal del siglo XX. Precisamente ahora se está preparando una reforma tanto del Código Penal como de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para reformar aspectos que den una mayor protección a la víctima. Pero, además de la ley, los jueces, fiscales y abogados debemos tener una mayor sensibilidad con las víctimas. -¿Por eso crean el observatorio de la violencia doméstica? -Efectivamente, soy miembro y he sido el impulsor de ese observatorio. Se trata de analizar las resoluciones sobre violencia doméstica para analizar la eficacia de la reforma de 1999. Siempre que se produce un delito de violencia doméstica la sociedad automáticamente se lo imputa al sistema (juez, policía, fiscal...) y esto no ocurre con el terrorismo ni con cualquier otro delito, que se le imputa a quien ha cometido el delito, al delicuente. Sabemos que el sistema no es culpable en un alto número de casos, pero nuestra obligación es investigar. -¿Quiere decir que no hay sentencias que chirríen? -Existe un número limitado de sentencias que no son acertadas, no tanto por la solución jurídica, a veces incluso por la propia argumentación. Si existe un ámbito en el que los jueces deben ser escrupulosos con los argumentos que utilizan a la hora de justificar una pena debe de ser en este. Efectivamente, han existido casos de una excesiva benevolencia, con una interpretación muy favorable al reo. Pero es como el Ave, sólo es noticia si no llega a tiempo. -Las noticias le traen ahora de cabeza. ¿No?. -La imagen de la Justicia bajó muchísimo en los años 80. En los últimos años, sin darnos un aprobado general, sube. La valoración aumenta entre ciudadanos que han tenido alguna relación con la Justicia. Entre el resto, que son nada más y nada menos que las tres cuartas partes de la población mayor de edad, la valoración es peor. ¿Por qué?. Sólo conocen la Justicia por las noticias, no por usar el servicio público. Tenemos un problema de falta de transmisión de la imagen real de la Justicia a los ciudadanos. -De la imagen atávica de semidioses de los jueces a la del hiperactivo Garzón. ¿Quieren parecer ahora humanos? -Queremos transmitir la verdadera imagen de la Justicia, basada en un juez cuya labor ha de estar guiada por las garantías constitucionales y en el que un ciudadano puede encontrar amparo a sus problemas judiciales. Que el ciudadano confíe en ella y, por contra, abandonar la imagen de una Justicia a la que se teme. Tenemos que luchar por la imagen de una Justicia con signos de calidad, porque el ciudadano español cada vez es más exigente. La Justicia es de los pocos sistemas donde alguno de sus miembros se encargan de ofrecer constantemente una imagen muy negativa. Con esto no estoy diciendo que se tenga que limitar la libertad de los jueces y fiscales, lo que digo es que yo creo que un juez o un fiscal es una persona que ejerce una función pública y su obligación es resolver conflictos entre los ciudadanos, nunca crearlos. -¿Qué se laven los trapos sucios en casa? -Si un juez considera que el sistema no es adecuado tiene el derecho de trabajar y de luchar; no se trata de limitar la expresión sino de que actúe con ética, prudencia y discreción. -¿Cómo se ve León desde la Corte? - Desde el punto de vista de la Justicia, tiene un sistema muy actualizado. Todos los órganos judiciales de León, Ponferrada y los demás partidos judiciales se encuentran en unos términos de calidad (número de asuntos y tiempo en que tardan en resolverse) muy bueno. Sólo el juzgado de lo contencioso de León, por exceso de carga, está en una situación de dilaciones, pero se está corrigiendo mediante una medida de refuerzo, con la colaboración de un juez de lo social. Si bien no tiene una planta ideal, sí permite que la Justicia en León se imparta en unos cánones de calidad.