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Cuarentenas infantiles: «A las familias nos dejan vendidas, sin conciliación»

Desesperadas. Los contagios por coronavirus han confinado al alumnado de 53 aulas de la provincia en la última semana, con 109 personas afectadas, de las que 107 son alumnos y 2 trabajadores. Sin poder recurrir a los abuelos y abuelas, los progenitores hacen malabares para conciliar vida laboral y familiar.

ramiro

León

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El hermano de María José Neiro, madre de dos menores de 10 y 3 años, se ha trasladado desde Granada a León para cuidar a sus hijos para que ella y su marido puedan trabajar. La clase de su hija mayor, en el centro Ceip de Valles, en Boñar, está en cuarentena porque el 20% del alumnado está contagiado con coronavirus. Aunque la menor no está infectada, no puede ir a clase, lo que obliga a la familia a hacer malabares para poder atender a los menores y no faltar a su puesto de trabajo, ya que en estas situaciones no existe posibilidad de permisos laborales especiales si no se puede teletrabajar, María José trabaja en Correos en León y su marido es autónomo en un taller que le obliga a desplazarse a otras provincias y pasar días fuera del hogar. «No entiendo por qué mi hija, que no está infectada, tiene que quedarse en casa y no ir a clase y sí puede salir a jugar o donde quiera. Y mi oro hijo, que vive en casa, sí puede ir al colegio. Son decisiones que no se comprenden. Mi hija tiene necesidades especiales por déficit de atención y esta semana sin clase le va a costar recuperar».

En Vilecha, Coral Quintero ha pedido los únicos cinco días de vacaciones de los que dispone en el trabajo—le hicieron el primer contrato en noviembre— en una gasolinera en Cabreros del Río, para atender a su hija de 9 años, positivo en coronavirus. Además, su marido, camionero de profesión, y su hermano menor de 3 años, han tenido que salir de casa y trasladarse a la vivienda de su suegra para evitar posibles contagios.

En esta crisis, las familias no pueden recurrir a los abuelos y las abuelas, los tradicionales pilares de apoyo para la conciliación, por el riesgo que corren en caso de resultar contagiados.

Las cuarentenas y los aislamientos de menores positivos o contactos directos con otros compañeros infectados ponen en jaque la organización de las familias, con todas las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar en situaciones tan excepcionales.

Los contagios del alumnado y profesorado han obligado en la última semana a poner en cuarentena 53 aulas en colegios de la provincia, unos brotes que afectan a 109 personas, de los que 107 son alumnos y dos son trabajadores.

«Nos dejan abandonados». Coral Quintero, madre de Nikole Alonso, de nueve años, confiesa que se asustó cuando su hija dio positivo a coronavirus. «Tiene una enfermedad hereditaria que se llama deficiencia de alfa-1 antitripsina, un déficit de una proteína que protege al hígado y los pulmones. «Empezó con fiebre el sábado pasado. Le hice un test de antígenos y dio positivo. Desde entonces está aislada. Hasta hoy mismo (por ayer) que llamé al Centro de Salud de Armunia no me había llamado nadie y aunque comuniqué su positivo, en el historial de la app de la Consejería de Sanidad no consta. Hoy me han dicho que sí está en su historia clínica, pero nadie me ha llamado. Si no llamo yo no me preguntan cómo está». Coral se quedó con su hija porque también tenía síntomas, pero los test nunca le han dado positivo al virus. «Como yo no soy positiva no puedo pedir una baja y tengo que recurrir a las vacaciones. Menos mal que la empresa se ha portado muy bien. Pero tengo otro niño y ¿qué pasa si se contagia? ya no tengo días a los que recurrir. Mi marido es camionero y si falta al trabajo son días que deja de cobrar».

Los trabajadores autónomos son los que se llevan la peor parte. El presidente de la Federación Felampa Sierra Pambley, Arsenio Martínez García, destaca que las familias con hijos pequeños que pueden recurrir al teletrabajo «son una minoría» y «cuando eres autónomo es muy complicado renunciar a los ingresos de varios días. Lo que está pasando con el covid en las aulas y la repercusión que tiene en las familias no está contemplado en ninguna parte. Esta siendo muy difícil porque, al no poder recurrir a los abuelos, no hay de donde más tirar y las familias se tienen que buscar la vida. Quiero creer que las empresas comprendan algunas situaciones individuales extremas y den facilidades».

Los policías nacionales contarán con permiso retribuido para cuidar de sus hijos confinados por covid sin tener que gastar sus días de libranza o de vacaciones, ya que se trata de un deber «inexcusable». Sindicatos policiales como el SUP y Jupol habían reclamado que la Dirección General de la Policía adoptara esta decisión de forma urgente, especialmente tras conocer la reciente sentencia de un juzgado de Logroño que estimó un recurso del principal sindicato de empleados públicos (CSIF) y reconoció el derecho a un funcionario interino de tener permiso retribuido para cuidar a su hijo confinado.

A este «deber inexcusable» se agarran los abogados de familia en caso de conflicto en el régimen de visitas en caso de separación matrimonial. La abogada matrimonialista y de familia, Charo Llamera, asegura que las consultas por conflictos familiares por esta causa aumentan en los despachos de los letrados, aunque rara vez se litigan en los juzgados. «Plantea problemas en los casos de custodia compartida cuando al progenitor que tiene a los hijos tiene que aislarse o alguno de ellos se contagia mientras está con él. Esto se trata como una enfermedad normal, Hacerse cargo de los hijos afecta a la patria potestad, que es diferente a la custodia compartida. Ante un positivo, predomina siempre salud del menor». A las consultas de la abogada llegan conflictos relacionados con la negativa de uno de los progenitores a vacunar a los hijos. «Es otra fuente de conflictos e la familia en el que hay que buscar soluciones consensuadas. se abre un procedimiento de patria potestad y el fiscal decide».