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Vacunas: año 1995 en León y 1998 y 1999 en Ponferrada

La UE exige el pasaporte covid y las comunidades autónomas se dividen

Vacunas en el Palacio de Exposiciones. RAMIRO

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León

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El mes de enero termina con nuevas convocatorias para recibir las dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus. Hoy están llamados en el Palacio de Exposiciones de León las personas nacidas los años 1995 y anteriores. En las piscinas climatizadas de Ponferrada se pondrán vacunas a las personas cuyo nacimiento se haya producido entre 1998 y agosto de 1999, así como las personas pendientes de terceras dosis de años anteriores.

Asturias y Cataluña se han unido en los últimos días a Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura y ya no exigirán el certificado covid para acceder a la hostelería o al ocio nocturno. Pero el País Vasco y otras diez autonomías lo mantienen porque lo siguen considerando útil. El futuro del pasaporte está en el aire en España, pero no en la Unión Europea, que lo sigue asumiendo como una herramienta clave para terminar con la pandemia.

Desde mediados de noviembre, los españoles se han familiarizado con el pase covid, el documento que refleja que una persona se ha vacunado, ha pasado la enfermedad o tiene una prueba negativa. En la mayoría de las comunidades ha sido la llave para acceder a los restaurantes, a los gimnasios o incluso a los hospitales. Su implantación buscaba dos fines: presionar a los antivacunas, bajo riesgo de quedar aislados de la vida social, y reducir la transmisión del virus en entornos donde habitualmente se relajan las medidas de protección personal. Los resultados han sido desiguales.

Negacionistas

Desde el 16 de noviembre hasta el 26 de diciembre, 523.000 negacionistas o reacios a vacunarse lo hicieron, aunque los números fueron más bien simbólicos: el 92% de los españoles había recibido una dosis a finales de diciembre (38.732.476 el día 27), frente al 90,7% de mitad de noviembre (38.209.702 el 16). Volvieron a verse filas en vacunódromos como el WiZink Center de Madrid o la Ciudad de las Artes de Valencia, pero en un país como España, con altos índices de inmunización, los expertos sabían que no se registrarían grandes crecimientos.

«El pasaporte covid ha tenido cierta influencia en condicionar que algunas de las personas que no se habían vacunado lo hayan hecho, pero quedan aún tres millones sin querer vacunarse (mayores de 12 años y sobre todo de 29-59) y yo no creo que vaya a tener más impacto», señala el experto en Salud Pública José Martínez Olmos. «Es evidente que ha producido un aumento en la cobertura vacunal», resalta Fernando Moraga-Llop, vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología. Mientras, en el resto de Europa, con un potente movimiento negacionista, la disyuntiva entre vacunarse o dejar de ver a amigos y familiares sí elevó, de modo notable, el ritmo de pinchazos.

Pero, como demuestran los datos, no se ha logrado reducir los contagios. «Con delta, el pasaporte covid sí servía porque las vacunas tenían eficacia para reducir las infecciones, pero con ómicron, eso no sucede», argumenta Moraga-Llop.