Infraestructuras
El reto de soterrar el tren en Trobajo y que Renfe costee la operación a Adif
La nueva propuesta de Cabañas sobre los talleres descoloca al sector ferroviario leonés
La solución a la brecha que parte en dos Trobajo del Camino entra en un nuevo ciclo de expectativas que no parecen satisfacer a todas las facciones implicadas en esta batalla por las infraestructuras. La propuesta aireada por la alcaldesa de San Andrés no ha tardado en generar el primer serial de dudas.
Extraña en el sector ferroviario la viabilidad de la propuesta que implica involucrar a Renfe en solucionar un reto que corresponde a Adif. Los talleres de la Sal y las plusvalías de los terrenos de estas instalaciones de mantenimiento de trenes, destinadas a financiar el soterramiento del ferrocarril, que es competencia del Administrador de Infraestructuras Ferroviario. El siguiente reto, está en buscar una fórmula adecuada para que dos sociedades diferentes, con dos contabilidades ajenas, pueden llegar a coincidir en compartir un objetivo que no les es común.
El sueño de 2000
La última vez que la operadora pública de servicios ferroviarios se vio involucrada en un plan de transformación urbanística en León fue con motivo de aquel plan funesto que integró León Alta Velocidad; una sociedad que nació y murió con el propósito de integrar las vías del tren dentro del perímetro urbano de la capital leonesa, y de san Andrés; primer, tres kilómetros; luego la mitad, para rematar la operación con una limitación bajo losa que llega más allá de los 500 metros.
El operador se integró en León Alta Velocidad con una aportación del 12.5% del capital. Aquel escenario incluía el traslado de los lineales de mantenimiento de motor y remolcado a ese terreno de promisión de Tornero, que sigue virgen. Ninguno de los motivos que se plantearon llegó a la fase de ejecución. Algunos, tampoco a proyecto.
Este de San Andrés para soterrar al tren en Trobajo que compartió esta semana la alcaldesa Camino Cabañas en el Ministerio de Transportes, tren bajo losa en lugar de las pasarelas y puentes, viene a descartar la aportación pública al proyecto. Otra diferencia que no encaja en los objetivos planteados por los colectivos vecinales y sociales que mantienen en los últimos meses viva la llama de la reivindicación y han obligado, con la presión ejercida en la calle, a que los políticos se replanteen la aceptación inicial de los proyectos de Adif. Los cambios de urbanísticos derivados de la integración en lugares cercanos a León se acometieron con fondos públicos, inversión, sin la fórmula de la plusvalía de terrenos.
La propuesta trasladada por Cabañas abre una tercera vía de dudas en torno a los talleres de La Sal; uno de los pocos puntos del emporio ferroviario en la capital leonesa que subsiste a pesar de los recortes de empleo y actividad y que no tiene perspectivas de encontrar una ubicación alternativa en el caso de que se llegara a concretar la idea de recalificar los terrenos en las instalaciones actuales.