Sucesos
Una huella delató al autor del crimen de Obispo Almarcha
El frotis en los interruptores de la luz del baño y del dormitorio provocó su confesión
El autor confeso del crimen de Obispo Almarcha dejó huellas en el interruptor de la luz del baño y en el dormitorio de la fallecida, que resultaron a la postre definitivas para identificarlo como autor del crimen, tras arrancar su confesión la Policía Nacional gracias a estos hallazgos. De acuerdo a su primera versión, no había entrado la tarde de autos al domicilio de la fallecida. Al tener los investigadores pruebas de que sí lo había hecho, no tuvo más remedio que confesar.
Así se desprende del auto de prisión dictado por Instrucción 1, del que todavía no desaparecen como investigados un hijo de la víctima y la anterior pareja sentimental de la fallecida, por una mera cuestión procesal.
«El autor de la muerte debería pertenecer al entorno de la víctima, el autor debería de conocer el domicilio de la misma, saliendo directamente de la habitación donde se comete el crimen hasta el cuarto de baño para lavarse, y la víctima le habría franqueado el acceso o el autor habría entrado con sus propias llaves», explica el auto.
Más muestras
El autor confeso «acudía al domicilio de la misma para realizar pequeñas reparaciones o prestar ayuda en otros asuntos, y para abonar el alquiler mensual u otros pagos».
El Laboratorio de ADN de la Unidad Central de Análisis Científicos de la Comisaría General de Policía Científica amplió los análisis realizados hasta el momento sobre las muestras obtenidas en la inspección ocular técnico policial llevada a cabo en la escena del crimen, procediéndose a la obtención de muestras de ADN a las personas que constaba que podían acceder al domicilio de la víctima, remitiéndose en fecha 26 de noviembre de 2021 un informe por el Servicio de Biología del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses con registro de salida 017085 de fecha 10-11-21 sobre investigación de restos de sangre, identificación genética de restos biológicos y cotejo de perfiles genéticos, que concluía, como dato relevante, que a partir de las muestras de la víctima se detectan mezclas de haplotipos de varón procedentes de al menos dos varones. Resultó que el de la última pareja sentimental era compatible, pero no el de su hijo.
Un oficio de la Comisaría General de Policía Científica adjuntó informe del Laboratorio de Biología-ADN de la misma fecha, el cual concluía que de las muestras tomadas en la inspección ocular llevada a cabo en la escena del crimen que se relacionan a continuación se obtuvo un mismo haplotipo de varón-cromosoma y (por tanto, perteneciente al mismo individuo).
Las muestras se extrajeron de un frotis en la pared derecha sentido entrada interruptor de luz del cuarto de baño y la otra fue una mancha marrón en toalla del lavabo de color azul, toalla hallada en el toallero del cuarto de baño. También se practicó un frotis en el interruptor de luz del dormitorio, donde se encontró el cadáver. El cotejo de dicho haplotipo de cromosoma Y con las muestras atribuidas remitidas determinaba que el mismo coincide con el obtenido en el subvestigio atribuído al autor posteriormente confeso, conforme consta en el informe de ADN de fecha 10 de diciembre de 2021.
«Por lo tanto, a través de estas diligencias probatorias, se acredita la presencia de perfil genético del principal sospechoso en las muestras referidas, toalla de baño en el que el presunto autor de los hechos se limpia las manos de sangre de la víctima, interruptor del baño donde accede para lavarse e interruptor de la habitación donde tiene lugar el homicidio y aparece el cadáver, conteniendo además dichas muestras sangre de la víctima, sin que se haya obtenido resultado alguno».