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Supercomputación

León se sitúa en la élite tecnológica al ampliar la sede de Scayle con un nuevo edificio de 21,5 M€

Suárez-Quiñones afirma que esta inversión «histórica» elevará a la Comunidad como referente en supercomputación

Vicente Matallán y Suárez-Quiñones en el nuevo CPU. Detrás, Elena Álvarez. MARCIANO PÉREZ

León

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Predecir un tsunami, buscar planetas, acortar los tiempos para crear nuevos medicamentos o encontrar rutas seguras a vehículos y aviones es un juego de niños para la supercomputación actual , que anuncia ya la nueva era cuántica en sustitución de la digital. En ese mundo de cálculos imposibles para la mente humana resueltos en segundos en lugar de en siglos, que permiten tomar decisiones clave y resolver algunos de los problemas de la Humanidad, León ya estaba posicionado desde 2008 pero de forma tímida respecto a lo que ahora se avecina con una lluvia de 21,5 millones de euros.

Potenciar Caléndula

El superordenador, que es capaz de trabajar sin toser 5 millones de horas, dispondrá de 10 petaflots

En 2024, la Fundación Centro de Supercomputación de Castilla y León (Scayle) y su joya de la corona, el superordenador Caléndula, que funcionan desde el edificio CRAI-TIC del campus de Vegazana, van a disponer de una sede propia de 2.000 metros cuadrados al lado de la actual, que empezará a construir la Consejería de Fomento y Medio Ambiente a través de Somacyl en septiembre con tres millones de euros en la calle Profesor Gaspar Morocho. Lo importante será su contenido en equipos y nuevas infraestructuras más potentes con un desembolso de 15 millones de los fondos React EU y otros 3,5 millones del mecanismo de recuperación y resilencia. Se trata «de una inversión histórica en nuevas tecnologías que permitirá dar un salto cualitativo» a la investigación y a los servicios que ofrece este superordenador, según destacó el consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones.

Para hacerse una idea del gran paso que da la Universidad leonesa, los científicos, la ciudad y la Comunidad con este proyecto hay que valorar que Caléndula efectuaba 130.000 millones de operaciones de cálculo y era capaz de trabajar 5 millones de horas sin toser en su origen. Ahora va a multiplicar exponencialmente su capacidad de 0,5 a 10 petaflots de potencia de cálculo, de 1 a 20 petabytes de almacenamiento y de 16 a 128 terabytes de memoria RAM, unidades de medida que se escapan al usuario normal, ya que un petabyte equivale a un millón de gigas.

El edificio estará listo en dos años y el proyecto y la dirección de obra ya se adjudicaron a la empresa Incosa. «Convertirá a León y a Castilla y León en una referencia en cálculo y comunicaciones cuánticas dentro de España y el mundo», destacó el consejero, quien recordó que el país dispone de tres supercomputadoras destacadas, la de Barcelona y las situadas en León y Galicia.

Suárez-Quiñones visitó el nuevo Centro de Procesamiento de Datos en el inmueble CRAI-TIC, que incorpora mejoras en refrigeración que aumentan el rendimiento y reducen el impacto ambiental de Caléndula tras obras de casi medio millón de euros en 90 metros cuadrados. Este incansable ayudante en investigaciones científicas posee dos virtudes que verá aumentadas: es muy rápido y es capaz de ejecutar muchas instrucciones a la vez. Tanto, que cada segundo puede efectuar 130.000 millones de operaciones de cálculo desde los 20 armarios que ocupa. Analiza la atmósfera, la mecánica de fluidos, el espacio, el genoma de algunas razas de animales y ofrece soporte a la red de investigadores de las universidades públicas de Castilla y León. También se destina al almacenamiento masivo de datos.

Las obras de adaptación de las nuevas dependencias del CPD «cubrirán de momento las necesidades de Scayle hasta tener disponible el nuevo edificio para la Fundación Centro de Supercomputación de Castilla y León», indicó Suárez-Quiñones, con la revolución cuántica en mente.