El organismo ferroviario promueve el suelo al que prevé sacar rendimiento económico
La indolencia mostrada para resolver la urbanización termina al fin con el horizonte de comienzo de las obras. Con las marcas ya en suelo, la empresa encargada tendrá que acometer sobre el terreno lo que marcan los planos para convertir todo este espacio en una zona integrada en la ciudad. Las máquinas deberán abrir dos nuevas vías: una, paralela a Renueva, con entronque en Ramón y Cajal, justo donde estuvo la derribada casa de los guardeses; y la segunda, como prolongación de la calle Bilbao hasta enlazar con Padre Isla, justo por el espacio que queda entre el edificio de Espacio Vías y los andenes de la estación.
Las incorporación al callejero se complementará en la zona central con un gran parque, la recuperación del almacén en el que ahora se cobijan los gatos, la adecuación de los taludes como espacios verdes, la construcción de una plazoleta en el solar de las antiguas Mantequerías Arias y el nacimiento de una senda para bicicletas que enganchará con el pasillo ferroviario. Junto con todos estos usos públicos del suelo, quedarán marcados los espacios de las parcelas en las que, conforme al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), se podrá construir en el futuro.
La calificación se apunta para cinco espacios: uno por detrás de los edificios de Ramón y Cajal, con un edificio en forma de U de 8 alturas en el frente y 3 en los laterales; otra al final de Bilbao, por detrás de Espacio Vías, con bajo más 5 pisos; y tres más en las traseras de Renueva con bloques de 6, 7 y 8 alturas. Suman en total 146 viviendas dentro del suelo propiedad de Adif que, en el estudio de 2010, se calculaba que generaría unas plusvalías de 39,8 millones de euros.