León activa con año y medio de retraso el plan de iluminación de las zonas de sombra

Casi a tientas, los vecinos del último tramo de Padre Isla, donde los mayores localizan todavía la denominación histórica de 18 de julio, ironizan con que si no fuera por los portales y los comercios apenas se vería a partir del ocaso. La penumbra se extiende sobre todo en la acera de los impares, a partir del cruce con la calle Cruz Roja, donde han comenzado a instalar los soportes para las nuevas luminarias . No se han encendido todavía, pero al menos conceden un horizonte de certidumbre para la ejecución del plan que el gobierno municipal ha tenido bloqueado desde hace año y medio , pese a las reclamaciones de los ciudadanos y los informes que atestiguan de forma empírica que, en algunas áreas de la capital leonesa, el nivel de luminosidad se sitúa un 50% por debajo de los niveles legales.

Los báculos que dan testigo de la activación del plan del alumbrado no se quedarán tan sólo en la avenida Padre Isla. La actuación pone la chincheta en otros once barrios del mapa de la ciudad: Ejido, Santa Ana, José Aguado, El Crucero, La Serna, Puente Castro, San Claudio, Mariano Andrés, Polígono 10, La Torre y La Palomera. La delimitación se ajusta al mismo documento que ya se aprobó en marzo de 2020, con 409.000 euros de inversión: el 75% sufragada con cargo al Fondo de Cooperación Local de la Junta y el resto afrontado con recursos propios.

Sin problemas de presupuesto, el plan encalló en los despachos del departamento de Desarrollo Urbano, dirigido por Luis Miguel García Copete, mientras se sucedían las quejas ciudadanas. Dieciocho meses después, los báculos ancladas a las fachadas de la acera izquierda de Padre Isla, desde Dama Arintero hasta Obispo Vilaplana, a las que se suma la farola ubicada en el islote del cruce con Álvaro López Núñez avanzan el cumplimiento del informe que habían definido los técnicos municipales.

El documento señaliza en la confluencia de los barrios de La Palomera y La Torre una de las principales tareas. En este entorno , el plan fija la ubicación de nuevas farolas para aumentar la luminosidad de dos pares: el de la Alameda y la gran zona verde que delimitan el paseo de Quintanilla y la avenida de la Universidad, que se ha convertido en espacio de botellones y ocio. En las inmediaciones se beneficiarán también de las luminarias las calles Hayedo, Sabinar y Profesor Gaspar Morocho.

La lista de encargos anota deuda en el Polígono 10. El plan marca que habrá nuevas farolas junto al pabellón Margarita Ramos, en el jardín y en la pista de patinaje, después de que los vecinos hayan insistido en la penumbra de la zona. En el entorno se beneficiarán otros dos barrios. En el Ejido, habrá nuevas luminarias en la isleta de la rotonda de confluencia de la calle La Granja con la avenida Real y frente al instituto Giner de los Ríos, y en Santa Ana, se ubicarán nuevos báculos en la rotonda central de la fuente y en la calle Murillo, junto al parque de los Reyes Leoneses.

Al norte de esta zona, el plan apunta su objetivo también en el entorno de Mariano Andrés, con nuevas farolas para la plaza Balanzategui, las calles Gijón y Juan de Juni, Las Ventas, Torquemada y la peatonal entre Cornión y Cepeda. Aunque menores en número, con la misma filosofía se atenderá a las inmediaciones del recién abierto paseo de la estación de Renfe, a los alrededores del colegio San Claudio, a la calle Isoba de Puente Castro y al área de La Serna cercana al cruce de Villaobispo.

Todo entra en un plan al que, después se han añadido encargos incluso en el centro. En la salida del aparcamiento de Santo Domingo, en la rampa de la iglesia de San Marcelo, en los jardincillos anexos y en el esquinazo de Arco Ánimas junto al Recreo Industrial también se colocará más luz.