El inventario y el edificio retrasan la firma para la subrogación
En abril del año pasado un Inbiotec al límite solicitó entrar en concurso de acreedores. Arrancó entonces un proceso agónico para la plantilla del centro leonés que no vio la luz hasta el mes de octubre, cuando tras sufrir todo el verano se anunció que sería Cesefor la que absorbería al centro leonés y a sus trabajadores. El nuevo proceso de negociaciones está a punto de concluir. De hecho, se había anunciado que la adscripción de Inbiotec estaría formalizada antes de este mes, aunque finalmente problemas con el inventario, el edificio o los equipos, que no estaban actualizados, han retrasado este paso que debe realizarse ante notario y que concluirá tras más de un año en el que los siete trabajadores han estado en vilo, ya que el proceso de liquidación del centro llegó incluso a plantearse. La firma, de hecho, es el último paso después de que el juez diera validez a la oferta presentada por Cesefor para asumir el instituto de investigación leonés, que fue la única candidatura que se presentó. Pendiente está, eso sí, quién será el encargado de abonar las cuatro nóminas que aún tienen pendientes de cobro los siete trabajadores de Inbiotec. Todo parece indicar que serán el Fogasa y el administrador concursal quienes deberán repartirse el pago de los salarios.
Es Cesefor quien desde octubre ha asumido el resto de los gastos que genera Inbiotec, pese a que «los ingresos aún son muy pequeños», explica el director de la fundación soriana Pablo Sabín, en relación al trabajo que ya están llevando a cabo para conseguir líneas de financiación que les permitan desarrollar proyectos aprovechando ya las capacidades biotecnológicas con las que cuenta Inbiotec. «Por eso la presión de que culmine ya la integración y la necesidad de conseguir proyectos para que estén ya ocupados», resume Sabín.