«Si se arruina al sector perderemos una grandísima oportunidad»
Las dificultades del sector de la construcción para hacer frente a la escalada de precios llegan justo cuando el impulso de la obra pública no sólo retoma brío, sino que se prepara para afrontar el desembarco de fondos millonarios del programa de recuperación nacional y europeo, los fondos Next Generation. Un momento crítico para estructurar un entramado empresarial capaz de asumir el reto sin caer en los errores del pasado.
«Sí, los fondos ya están aquí y llegarán en mayor medida. Pero si has arruinado el tejido empresarial que tiene que ejecutarlos no queda nada. Sin empresas no se puede avanzar, y eso es perder una buenísima oportunidad», explica Enrique Pascual.
Que recuerda que «la Administración es consciente de esto. Y de que la anterior crisis destruyó la mitad del tejido productivo de construcción en la autonomía, exactamente el 50%. Lo que ha quedado es insuficiente, y cuando la inversión ha comenzado a moverse se ha puesto de manifiesto este déficit. El sector que necesitamos se ha perdido, el tejido productivo, la maquinaria que tenían las empresas, los trabajadores,... Perdimos 65.000 en cuatro años, sobre un colectivo de 170.000. Llamó poco la atención porque se fue deshaciendo en la desaparición de pequeñas empresas, lentamente y en un territorio amplio. Pero la realidad es que ya no existe. En este momento necesitamos de forma urgente 30.000 trabajadores directos en construcción en la Comunidad, y no somos capaces de encontrarlos».
León perdió solo en diez años casi 800 empresas del sector de la construcción, un 22% de su tejido empresarial, formado ahora por 2.816 sociedades, según el INE. Se mantienen las que no tienen asalariados, que son 1.924, el 68% del total. Pero se redujeron de forma drástica las que tenían empleados. Sólo queda una, la que había de más de cien trabajadores, del sector de obra civil. En edificación la destrucción de empresas se da en todos los tramos de tamaño, en obra civil han crecido las que tienen hasta 9 empleados.
La falta de mano de obra asfixia al sector. «Puede haber empresas y obra para hacer, si no hay trabajadores todo se para», advierte el presidente de la Cámara de Contratistas. Lo ratifica el de Aleop: «La parte buena es que hay obra, pero si no encontramos ya mano de obra y si la situación geopolítica sigue atenazando, las empresas tienen que valorar sus riesgos».