Días de 27 grados y noches a media luz

La foto de noche es la de la ciudad con luz tenue, como una mesita de noche que acompaña en la hora del sueño y el desvelo a la urbe; la foto de día fue el abanico, para combatir la primera sensación estival que no diferencia el contraste dentro fuera cuando se trata de medir la sensación térmica. 27 grados en el uso del aire acondicionado en verano (que será a 19 grados cuando se trate de la calefacción en invierno) en edificios públicos, espacios comerciales y grandes almacenes, infraestructuras de transporte (aeropuertos y estaciones de tren y autobús), espacios culturales y hoteles, así como apagar las luces de escaparates y edificios públicos que estén desocupados a partir de las 22.00 horas son las primeras medidas que entraron en vigor ayer. Es la nueva ciudad adaptada al paso del ahorro impuesto por el Gobierno, ahorro para todos, que ha puesto a varios sectores económicos claves de la capital leonesa en el disparadero.

Hay un momento del día en el que la calle está por debajo de la presión de la norma, tras estas noches largas de agosto, que aletargan hasta cerca de mediodía el horno estival.

Es un espejismo en este relato de sensaciones de cómo viven los espacios públicos el momento de colocar el termostato en el límite de la eclosión del sudor. A 27 grados, el entorno es cálido. «Mira que cuando no baja el termómetro de 20 grados por la noche, lo llaman noches tropicales; así que habrá que buscarle un nombre común para estos días a 27 grados regulados por ley», advierte el regente de un local comercial del centro de León que ofrece el termómetro como prueba de carga de que la ley se cumple escrupulosamente en ese establecimiento.

Así se convivirá hasta el 1 de noviembre de 2023, si un cambio de ley o de Gobierno no lo remedia antes. Se excusa el paso por centros sanitarios y hospitalarios, de formación (colegios, universidades o guarderías), peluquerías, lavanderías, gimnasios y los medios de transporte, liberados de esta carga de ponerle techo al calor y base al frío.

«No se puede pedir a trabajadores que están en condiciones de ejercicio físico importante que no tengan las condiciones que el derecho laboral garantiza con respecto a los máximos y mínimos de temperatura», reconoció después el Gobierno, mientras colocó algunas excepciones a la norma básica que dejó de ser generalista antes de nacer. En línea generales, en los locales donde haya movimiento y actividad laboral, el frío se puede calzar con un número de 25 grados (gimnasios, restauración...).

Los colectivos económicos afectados en León por esta normativa no se apean en la primera jornada de experiencia con la norma del termostato de las reticencias que habían expuesto en días anteriores. De momento, el subidón del aire regulado evita en zonas interiores tirar de chaquetina, por si refresca.