Fast and Furious en la noche de León

A veces, la realidad de León supera los argumentos cinematográficos. La ciudad emite desde hace tiempo bramidos muy por encima de las posibilidades del entorno social y económico que padece, de las medidas de la urbe; bramidos de motores, que hacen difícil conciliar el sueño, según la orientación a las avenidas de los barrios periféricos; los bramidos los escuchan los vecinos, que piden mano dura contra esta tendencia creciente de convertir calles de León en circuitos abiertos de velocidad ; y, se conoce, que los escuchó también la policía local, que el pasado sábado por la noche se presentó en la línea de salida de la convocatoria, que se había realizado por redes sociales, para hacer en las tiras de acceso al polígono de la Serna un tributo a Fast a Furious, pieza mitológica sobre los retos de apostar la hombría mientras se queman neumáticos de perfil bajo.

Agentes de la policía local de León desbarataron el festival del motor; éxito del olfato de los agentes, que lograron infiltrarse en la llamada y detener la temeridad. Once conductores identificados, a los que se les imputarán los delitos correspondientes con eso que tiene que ver con organizar y participar en una carrera ilegal de coches. Las marcas de estos excesos se aprecian desde hace meses en la vía entre rotondas que acordona el recinto comercial Reino de León y abre una salida interior para circular desde La Serna hasta la avenida de la Granja.

Ese es el circuito preferido, discreto en la soledad de la noche en un descampado del extrarradio; pero hay otros. En Eras de Renueva, en el paseo de Quintanilla o en la avenida de la Universidad, en la Palomera; incluso, en Fernández Ladreda, donde queda vida aún después de aquella ensoñación de adoquines peatonales: todo lo que sean avenidas largas, emboscadas en el parón nocturno, atraen a estos jugadores. El grupo sorprendido acumuló cinco denuncias por conducción negligente, otra sin alumbrado en el vehículo, por disposición inadecuada de la carga, por circular sin pasar la iteuve, alcohol en vía pública y estupefacientes. Si no fuera realidad, de película.