«A los que lo hemos intentado ya no pueden decirnos que es una tontería»
«Desde mi experiencia, como ex-suicida frustrado», relata un leonés, «considero necesario evitar decirle a la víctima que se anime y que salga a pasear a la calle. Abogo más bien por acompañarle. Yo tiro de ti, pero no le digas desde un teléfono `vístete y lárgate a la calle´. ¿Explico la diferencia?: hay que «intentar expresar otras posibilidades que tiene en su vida y ofrecerle todo el apoyo. No es adecuado decirle que es «una tontería». Eso no son tonterías. Eso lo único que está haciendo es hundirle más porque la persona si te lo dice, como está viendo una incomprensión y lo que recibe no le ayuda, se siente más frustrada todavía».
No existen de momento números oficiales, pero según la asociación, la percepción entre los jefes de servicio de psiquiatría de los hospitales es que durante los últimos meses las urgencias en este campo se han disparado notablemente.
De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría (AEP), este tipo de atención en menores se ha duplicado desde el inicio de la pandemia, lo que se ha traducido en un agravamiento de los trastornos de conducta alimentaria y un aumento de los casos de ansiedad, alteraciones obsesivo-compulsivas, depresión, autolesiones e intentos de suicido en adolescentes.
La Sociedad de Psiquiatría Infantil (SPI) argumenta que la avalancha de noticias negativas menoscaba la salud mental.