Delirios, insuficiencia respiratoria, colapso vascular y muerte
El estramonio, Datura stramoniu, también conocido como trompeta de ángel, hierba del diablo, o higuera loca, se ha utilizado tradicionalmente como anestésico y sirve para tratar el asma o la epilepsia. Pero su principal componente, la atropina, es además un potente psicotrópico que extasiaba a las devotas del dios Baco ya en la antigua Roma y se usaba como veneno. En la Edad Media fue un ingrediente común de las pócimas y brebajes de hechiceros y brujas, un líquido que se recuperó en las Rutas del Bacalao y provocó la muerte de dos jóvenes. El estramonio es una droga con efectos desgarradores. «En dosis moderadas produce sequedad bucal y ocular, midriasis (dilatación de las pupilas), pulso débil, hipertensión, taquicardias y alucinaciones de tipo sexual», explican los expertos. «En dosis altas (entre 40 y 60 gramos) esas alucinaciones pasan a ser fantasmagóricas y el cuerpo sufre espasmos y convulsiones, estupor, colapso vascular, coma y, posiblemente, la muerte», continúan. Según fuentes del Instituto Nacional de Toxicología también puede producir fotofobia, ansiedad, hiperactividad, sequedad de la piel, náuseas y vómitos. Estos efectos empiezan a manifestarse a las dos o tres horas de haberla consumido y pueden durar varios días. Cuando aparecen, los impulsos más usuales son los de desvestirse, abrir las ventanas y beber con ansia agua. En sus formas más graves, el individuo puede ser agresivo.