Semana Santa, santa semana...
Las ponencias inaugurales enfatizan el papel del cofrade como misionero moderno Los representantes institucionales destacan la necesidad de apostar en León por el turismo religioso
El acto inaugural del Encuentro Nacional contó con todas las instituciones. FERNANDO OTERO
El Auditorio se convirtió en una pequeña Catedral de la palabra. El acto inaugural dejó claro que lo de Fresno es la emoción, lo de Manuel Ángel Fernández la satisfacción, lo de José Antonio Diez la evocación, lo del obispo la simpatía, lo del cardenal el carisma y lo de Santonja la escasa predisposición al resumen.
El director del Encuentro Nacional de Cofradías saludó glosó «el valor de recuperar los abrazos y las emociones no contenidas». El presidente de la Junta Mayor se emocionó: «Soy de León, por eso no soy objetivo: venir a una ciudad magnífica», dijo después de rememorar las dificultades halladas hasta llegar a la celebración del Encuentro.
Diez sugirió la necesidad de explorar otros turismos: El de Congresos está bien, pero hay que ahondar en el religioso y en el deportivo».
El consejero de Cultura valoró la importancia de que hoy procesionen «22 pasos imponentes que son una muestra de devoción». Reivindicó la Semana Santa «contra su leyenda negra. Es la manifestación popular de una devoción íntima», dijo. Antes, a preguntas de los medios de comunicación había destacado su impresión sobre el escaso aprovechamiento que se realiza en la Comunidad del patrimonio eclesiástico: «El Camino de Santiago ha sufrido un importante retroceso».
Por su parte, el cardenal Omella animó también ante la prensa a potenciar la Semana Santa «que tanto bien le hace a nuestra fe y a nuestra cultura». Respecto a la extemporaneidad de las procesiones, puso un ejemplo: «Cuando a uno le gusta el fútbol, no le importa que su equipo juegue en verano». En momentos de crisis «sale lo mejor de la solidaridad del ser humano, porque tenemos unas raíces de caridad «.
El obispo de León aseguró: «A mí, León me presta, y quiero que os preste a vosotros», dijo a los participantes. Habló Omella en la ponencia principal del papel de los cofrades como misioneros modernos: «Hay muchos jóvenes que entran por el tambor, por las túnicas o por el paso sin estar bautizados y acaban pidiendo los sacramentos», dijo.
«Un cofrade no va a la procesión sólo por llevar la túnica. ¿Por quién redoblan los tambores? ¿Por quien procesionaria tú? No es por el tambor, ni por la túnica, ni por el amigo cofrade. Es por la fe». Guevara cerró la mañana.