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TRIBUNALES

El acusado de atacar a su pareja con un cúter: "No le corté el cuello. Si lo hago yo, no sale viva”

-El acusado de atacar a su ex pareja con un cúter niega la autoría: la fiscal mantiene tras el juicio la propuesta de 14 años

El acusado, al inicio del juicio, escoltado por la Policia. MAZ

León

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El acusado de tratar de acabar con la vida de su pareja con un cúter ha afirmado esta mañana que si lo hubiera hecho él “el daño habría sido irreparable“. Negó haberle cortado el cuello por celos tras romper ella la relación y aseguró que cuando en la abandonó simplemente había caído al suelo tras haberse dado un golpe.

El sospechoso aceptó declarar en la vista oral celebrada esta mañana en la Audiencia, donde se ventila una pena de catorce años de prisión por homicidio en tentativa, según la propuesta del Ministerio Fiscal.

Manifestó que el 6 de agosto de 2021 ella dejó la relación pero negó que fuera por celos, en contraposición con lo que había reconocido en la fase de instrucción: “Ella quería recuperar la relación con su padre para tener derecho a su paga. Yo no estaba de acuerdo y me fui de casa. Discutimos y vino a devolverme mis cosas, aunque no vivíamos juntos”.

Esa tarde el procesado de origen sudamericano, se dirigió al domicilio de ella, una joven leonesa de 25 años. La fiscal sugirió la incongruencia de la visita teniendo en cuenta que ya habían roto: “Teníamos muchas cosas que hablar”, repuso el procesado.

El investigado insistió en que necesitaba hablar aquella noche con ella: “Eran siete años de relación”. Negó que le hubiera dicho a la víctima que sabía que había otro: “Solo quería encontrar una solución”. Alegó que estaba en estado de depresión pero reconoció que en prisión no ha seguido ningún tratamiento psicológico. Los forenses aseguran que su estado mental era perfecto en el momento de los hechos.

Pregunto la fiscal por que trató de impedir que cerrara la puerta: “Sólo de que se cayó y me fui. Yo no le corte y el cuello. Si se lo hago yo, hubiera sido irreparable, sé lo aseguro. No hubiera salido viva“. En Instrucción había reconocido llevar el elemento usado como arma. En la sala lo negó. “No es verdad que yo tuviera un cúter”, respondió pese a que en su furgoneta se encontró uno de las mismas características del usado en el ataque.

“Yo eso no lo hice”, dijo, pero no aportó un relato convincente para explicar por qué llamó a su madre para que se enterase de cómo se encontraba la víctima tras abandonar el lugar de los hechos.

Negó que ella tratase de cerrar la puerta. “Lo que pasa es que necesitaba darle un abrazo y puse el pie”. La acusación particular le preguntó cómo podía ser que interpretase que ella necesitaba un abrazo en una discusión de ese tipo. “Yo la conozco, sé que era lo que le hacía falta”.

Rechazó que llevase a la escena del supuesto delito la furgoneta del trabajo para evitar que se identificase en la zona de los hechos su vehículo. “Había muchos cuters en la furgoneta, es imposible que sólo se encontrara uno”, repuso respecto a la aparición del arma de la agresión en su poder.

La defensa recalcó que no se hallaron restos de sangre en la ropa del procesado y que si la Policia encontró el cúter en la furgoneta “fue porque yo les dije dónde estaba”. También trató de hacer ver la incompatibilidad de las heridas que presentaba la víctima con el relato de los hechos que sugiere la acusación pública.

La víctima declaró amparada por una mampara para no ver de nuevo al sospechoso. “Le dejé por celos y por posesividad”. Recibía llamadas “continuamente” y le pidió con insistencia volver: “Quería darme pena “.

Describió el ataque de forma muy distinta a como lo planteó el sospechoso: “Dio un golpe en la puerta, se puso detrás y me rajó. Noté la sangre y vi que tenía la garganta abierta. Pensé que iba a morir “. No obstante tuvo la frialdad de llamar al 112: “La ambulancia llegó enseguida”.

“He tenido que irme de León y me ha quedado una gran cicatriz en el cuello”, explicó. 

Un familiar de la víctima abandonó la sala visiblemente ofendido tras sugerir el letrado defensor la posibilidad de que el incidente fuera un episodio autolitico ideado por la víctima a modo de venganza.